Imagina cerrar los ojos. Fuerte. Muy fuerte.

Volver a abrirlos y..

.. PISAR LA LUNA.

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El paisaje ha cambiado por completo. Atrás quedaron los edificios intentando alcanzar el techo de la ciudad, ahora son volcanes que hacen cosquillas a sus nubes, que acarician su cielo.

Atrás quedó el asfalto y el ruido, y las bocinas intentando llenar el espacio como si temiesen al vacío; la lava enfurecida es quien lleva tus pasos ahora, quien marca tu camino, quien adorna tu vista.

Cierra los ojos y respira el azul clarito del nuevo día y no te asustes cuando, al abrirlos, te encuentres en lo más alto de un volcán. Los deseos se cumplen cuando los pides con fuerza.

Acabas de llegar, cálzate tus sandalias, o mejor aún, tu sonrisa y salgamos a pasear por pequeños pueblos llenos de tradición, de conversaciones con acento a alegría; caminemos por sus caminos llenos de tierras aradas y de pequeñas casas con el blanco más impoluto que has visto para que los rayos de sol encuentren bien el camino a tus mejillas y las pecas dibujen tu cara.

Acompáñame, te llevaré de la mano a la cueva que esconde el secreto que todos quieren descubrir y pocos son capaces de ver hasta que por fin lo tienen delante; te mostraré el lago que cambió de color (así hace juego con mis ojos) y a un jardín en el que perder el miedo a pisar una delicada flor, donde cada parte del mundo se ve representada en algo tan fuerte que no necesita más que lo que la isla le ofrece para sobrevivir.

Subamos juntos a la cima de lo que un día destruyó y creó de nuevo el corazón de la isla, dándole ese color que te ha conquistado con el primer parpadeo. Te mostraré como la tierra late por dentro tan fuerte que necesita salir a la superficie si una simple gota de agua la intenta enfriar.

 

Ven. Colorearemos tu vida con nuevos azules; te llevaré a nuevas aguas en las que zambullirte, aunque el camino parezca complicado y a veces parezca desaparecer.

Vamos, comámonos la isla a bocados aderezada con mojo. Rojo o verde. Te dejo elegir el color.. y cuando creas que ya lo has visto todo, déjame llevarte a ciegas a mi nuevo sitio preferido. Vamos a contemplar las estrellas, las constelaciones y casi los planetas mientras el Atlántico ruge intentando alcanzarte a través de los hervideros, que quiere impresionarte con toda su bravura para evitar que te marches.

Cierra los ojos. Fuerte. Muy fuerte. Que el viaje acaba de empezar. Y la isla está lista para enamorarte..

 

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