La primera impresión al visitar Lisboa, la ciudad de los tranvías, es la de visitar una ciudad en la que el tiempo parece ir a otra velocidad.

Como si éste se hubiera parado hace 50 años. Mientras, sus habitantes seguían con sus vidas. La arquitectura de la ciudad recuerda a tiempos pasados y ciudades de ensueño como La Habana.

La ciudad de las siete colinas nos muestra un lugar para soñadores y bohemios que enamora a todo aquel que la visita.

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¡Bienvenidos a nuestro primer viaje juntos en este blog!

Soy muy consciente de que es la primera entrada que comparto y que me faltarán muchos datos, no será la mejor ruta y tengo mucho por mejorar. Aún así estoy muy ilusionada y sé que poco a poco mejoraré.

En este primer post recorreremos juntos Lisboa, la ciudad de los tranvías.

¿ME ACOMPAÑÁIS?
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Antes de empezar, quiero recordaros que hay plataformas como Civitatis que ofrecen free tours maravillosos con los que recorrer la ciudad.

Si es la primera vez que viajáis y no os fiáis aún mucho de vuestras capacidades organizativas, aquí tenéis una excelente opción:

TRANVÍA 28

Empezamos nuestro viaje cogiendo el mítico tranvía 28.

Es la línea más famosa de la ciudad ya que recorre varios monumentos importantes y muy emblemáticos de Lisboa.

Este tranvía tiene más de 100 años. Los primeros se instalaron en 1901 y hoy en día siguen cumpliendo su cometido. Recorrer las estrechas callejuelas y las cuestas de la ciudad.

Los tranvías mantienen el mismo toque bohemio y antiguo que presentaban en sus inicios. El mismo tono amarillo y detalles cromados; con paneles y ventanas de madera que transportan al visitante a otra época.

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El recorrido parte del parque Martim Moniz, en el centro de la ciudad hasta el Campo Ourique; aunque también puede tomarse en sentido contrario.

En nuestro caso, tomamos el tranvía frente a la Basílica da Estrela. 45 minutos después nos bajamos en el barrio más mítico de la ciudad, la Alfama; muy cerca del Panteón para poder hacer el recorrido cuesta abajo.

El trayecto cuesta 2,85€ por persona. Durante éste pasamos por zonas como la Plaza de Luís Camões; uno de los emplazamientos claves de la revolución de los claveles, que instauró en 1974 la democracia en el país.

A nuestra derecha queda atrás la Plaza del Comercio y la Plaza del Rossio, la Catedral, el mirador de Santa Luzia, Sao Vicente da Fora y el panteón, donde nos bajaremos.

EL PANTEÓN DE LISBOA

Tras recorrer un pequeño mercadillo bastante vintage y pintoresco visitamos el Panteón Nacional de Lisboa.

Este Panteón es una inmensa construcción barroca que se impone frente al resto de casitas que la rodean. Como dato curioso comentar que la antigua iglesia que hoy es el panteón, comenzó a construirse en el siglo XVII pero se prolongó en el tiempo hasta 1966.

Es por eso que, actualmente, cualquier obra que dura algo más de lo previsto se compara con ésta a modo de broma.

En su interior descansan presidentes de Portugal, celebridades y personajes importantes como Vasco da Gama.

La entrada cuesta entre los 2€ y los 4€; dependiendo de si tenéis algún descuento por ser estudiantes, mayores de 65 años o tener alguna tarjeta especial.

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Desde el Panteón tenemos vistas a una típica postal lusa, las fachadas de colores de las casas lisboetas. Un lugar maravilloso para fotografiar.

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MIRADOR PORTAS DO SOL

Siguiendo nuestro descenso por las callejuelas de la ciudad, llegamos al mirador das Portas do Sol.

Este mirador está considerado como uno de los mejores de Lisboa. Como podéis ver en la imagen, la panorámica desde aquí es increíble. De nuevo casas en color pastel con el azul del Tajo de fondo y música callejera en directo.

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PLAZA DE SAN VICENTE

Junto al mirador hay una pequeña plaza presidida por el patrón de Lisboa, San Vicente que se muestra sosteniendo un barco con dos cuervos; el cuervo es uno de los símbolos de la ciudad y aparece representado incluso en su bandera.

CASTILLO DE SAN JORGE

Desde aquí, nos dirigimos hasta el Castillo de San Jorge.

Para llegar a él hay que subir una empinada cuesta, pero normalmente hay músicos para amenizar este camino; además de decenas de vendedores que ofrecen pequeños trazos de la ciudad en sus pinturas.

El Castillo de San Jorge tiene más de ocho siglos de historia. En sus inicios era una fortificación musulmana conocida como Castelo dos Mouros; pero a mediados del siglo XII Alfonso Henríquez, el primer rey de Portugal, consiguió reconquistarla y la rebautizó.

Durante el siglo XVI fue usado como Palacio Real, llegando incluso a acoger a Vasco de Gama tras su viaje a la India. En 1755, Lisboa, la ciudad de los tranvías sufrió un gran terremoto y dejó el castillo en ruinas. En el siglo XX se iniciaron las restauraciones.

La entrada al castillo cuesta 7,5€ y también ofrece descuentos, además de visitas guiadas.

En el interior se puede disfrutar de un paseo por sus jardines entre patos y pavos reales y de unas vistas que dejan sin aliento.

MIRADOR DE SANTA LUZIA

Al salir nos encaminamos hacia la Catedral de la Sé.

A través de pequeñas calles empedradas encontramos más miradores, como el de Santa Luzia, en el que merece la pena descansar unos minutos, y rincones y edificios cubiertos de azulejos.

CATEDRAL DE LA SÉ

La Catedral, de estilo románico, es uno de los pocos edificios que sobrevivieron a los terremotos e incendios de la ciudad.

Está edificada sobre una antigua mezquita tras la reconquista de Lisboa, durante la Segunda Cruzada. En un principio era conocida como Santa María la Mayor, pero a finales del siglo XIV comenzó a ejercer como catedral.

En ella encontramos una mezcla de estilos arquitectónicos considerables. Su estructura externa es de esencia románica pero el interior corresponde al arte gótico; sin embargo, el claustro es similar al del Monasterio de los Jerónimos.

En el siglo XX sufrió una restauración que la dota del aspecto que luce hoy día.

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En su interior se encuentran los restos del patrón, San Vicente que, según cuenta la leyenda, dos cuervos acompañaron a su ataúd en el traslado a la ciudad.

PLAZA DEL COMERCIO

Terminamos este primer día en Lisboa en la Plaza del Comercio y sus alrededores.

En ella se localizaba el Palacio Real. Tras el seísmo de 1755, el Marqués de Pombal construyó esta plaza en forma de U con edificios porticados.

Nos da la bienvenida el Arco Triunfal de la Vía Augusta. Una vez que lo cruzamos, vemos que vigila el centro de la plaza la estatua ecuestre de José I.
José I fue el monarca que vivió el terremoto y que simboliza el fin de los trabajos de reconstrucción de Lisboa tras la catástrofe.

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Os aconsejo que, una vez allí, os acerquéis a la orilla del río.

Aquí se encuentra la escalinata que utilizaban para sus desembarcos los monarcas. Desde allí y si continuáis hacia la derecha, hay un bonito paseo con vistas al Puente 25 de Abril, el puente colgante más alto de Europa y que recuerda al Golden Gate de San Francisco.

5 Comments
  1. Gran entrada! Lisboa es una ciudad preciosa y con un encanto muy particular. Las fotos y descripciones representan perfectamente la esencia de esta ciudad. Estoy deseando ver como continuaste ese gran viaje. Enhorabuena por tu blog!!

  2. Gracias por este post. Tuve la suerte de hacer mi Erasmus en Lisboa, y quedé tan enamorada de esta ciudad que sólo con leer esta entrada y ver las fotos, he revivido ligeramente algunos de los momentos que he vivido allí, y hasta he contenido las lágrimas de la nostalgia. Esta ciudad no es París, no es Nueva York ni Venecia, pero tiene algo especial que me hará volver a visitarla. Un saludo 🙂

  3. Gracias por el post, me inspira lo que se viene, una consulta, recomiendas algún restaurante o mercado donde se pueda disfrutar la comida típica de Portugal, en Belem, adicionalmente a los pasteles, sabes si hay algún buen restaurante de frutos frescos del mar. Gracias por los consejos que me puedas proporcionar.

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