Vuelta a la infancia, Disneyland, París día 2

¿Quién no ha soñado de pequeño con conocer a sus personajes de dibujos favoritos? ¿Cuántos (además de una servidora) pedíais incesantemente a vuestros padres visitar Disneyland y convertiros ese día en vuestro súper héroe favorito o en una princesa o príncipe de cuento? Los sueños no entienden de edad, y es por eso que, en nuestra visita a París, decidimos dedicar uno de los días a volver a la infancia, disfrutar como enanos y sentir la magia de las películas que tantas veces vimos de pequeños. ¡Por fín visitamos Disneyland París!

Nuestro primer día en la ciudad de la luz había sido largo pero apenas pudimos ver demasiadas cosas y, aunque teníamos en mente visitar Disneyland, dudamos de cambiar el plan y volver a la ciudad de la que tanto nos habíamos enamorado el día anterior. Como íbamos dos parejas, pensamos en dividirnos y que cada uno hiciese el plan que más le apeteciese, pero una voz interior me decía: «Tatiana, ¿y si no vas a Disney y luego te arrepientes? Venga no seas tonta y cambia un día el arte por las atracciones».

Y menos mal que hice caso a esa voz interior, sé que a muchos de vosotros os puede parecer un sacrilegio cambiar la ciudad por Disneyland, pero tengo que reconocer que he visto toooooooodas las películas de Disney (de hecho tengo en casa las películas y algún que otro peluche), me sabía diálogos y canciones de muchas de ellas y uno de mis sueños de pequeña era visitar el parque con mi hermano (algo que aún tengo pendiente y espero poder cumplir).

Así que después de esos momentos de dudas, allí estábamos, rumbo a uno de los lugares más mágicos de la tierra. Como nosotros fuimos a París en coche, nos desplazamos a Disneyland sin necesidad de tomar metros o autobuses (además tienen un parking gigante donde podréis dejar el coche sin problema). Si vais en transporte público, deberéis tomar la línea de metro que os lleve a las estaciones del RER, y desde allí tomar la línea RER A4 que llega directo a Marne-la- Valle, la estación de destino (justo a la entrada del parque)

En nuestro caso, decidimos comprar las entradas en el hotel donde nos alojábamos, pero creo que fue un error ya que cuando llegamos allí, descubrimos que podríamos haber disfrutado del descuento de estudiantes.

Como nuestro viaje fue hace dos años, no podría deciros el precio exacto de la entrada actual, aunque si buscáis en cualquier blog os recomendarán comprar las entradas online a través de los portales oficiales para ahorrar tiempo y dinero. Pinchando aquí accederéis al portal oficial de venta y aquí podréis ver si hay algún tipo de oferta y conseguir así la entrada más barata. Como siempre os digo, no os fiéis de páginas que no sean oficiales, o de puntos de reventa, hay mucha gente que se aprovecha y acabaréis comprando entradas no válidas y gastando el doble de dinero.

Uno de los consejos que leéreis continuamente es que, comprando con antelación la entrada, evitaréis muchas colas. En nuestro caso no hubiera sido así. Visitamos el parque un día entre semana y apenas había gente, no tuvimos que esperar para subir a las atracciones ni para entrar en el parque, pero claro, esa fue nuestra experiencia; si hay tanta gente que recomienda ser previsor ¡habrá que hacerles caso! Aunque lo que sí puedo recomendar al 100% es no visitar el parque en un fin de semana o en días festivos. Nosotros pudimos disfrutar de todo sin problemas y nos llevamos un grato recuerdo, pero es cierto que hubiera sido muy engorroso hacer colas de horas para poder disfrutar de cualquier atracción.

Y ahora la duda que todo el mundo se plantea ¿podré visitar los dos parques en un día? ¿Cuál merece más la pena? Obviamente, si buscáis recorrer a fondo Disneyland, con un día no tendréis suficiente (y menos para los dos parques), pero si váis mentalizados y seleccionando las atracciones que más os gusten, podréis disfrutar los dos parques sin sacrificar nada. Si sois de los que preferís elegir, debéis escoger Disneyland Park y no Disney Studios Park, ya que el primero es donde se encuentran todos los personajes.

Hay algo que debéis tener en cuenta antes de visitar Disneyland París, y es que Disneyland es un parque temático y no un parque de atracciones, por lo que (aunque hay algunas atracciones) no esperéis un parque como Port Aventura, ya que aquí se disfruta más del ambiente Disney que de las atracciones en sí. Y antes de empezar el recorrido os doy los dos mejores consejos que podéis leer antes de pasar el día en este lugar: 1) si queréis aprovechar el día es necesario pegarse un buen madrugón (ya habrá tiempo de dormir) y 2) llevad el calzado más cómodo posible, caminaréis muchísimo ya que el recinto es gigante y creedme que no querréis sufrir el dolor de pies.

Y ahora sí, ¡empieza nuestra visita! Cuando llegamos al primer parque (prácticamente a la hora de apertura) decidimos que estaríamos en el hasta las 13:00 y el resto del día dedicarlo así al parque principal. Nos recibe un ambiente que parece de película, nos sentíamos como si fuésemos actores y llegásemos al plató a rodar.

Además, justo a la entrada nos saluda la escultura de Mickey Mouse recién salido de la película Fantasía que tantas veces había visto de pequeña porque a mi hermano le encantaba.

Una vez dentro, parecía que nos habíamos teletransportado a una calle de Los Ángeles, carteles setenteros, imágenes de Hollywood, luces de neón allá donde mirases, restaurantes al más puro estilo de Peggy Sue y decenas de tiendas que te invitaban a dejarte el sueldo de ese mes (y parte del siguiente) aunque ya no seamos tan niños.

En esta parte del parque se encuentran las atracciones con más adrenalina. Jna de las que más nos gustó fue The Hollywood Tower Hotel, inspirada en la serie The Twilight Zone. Se trata de un hotel muy conocido de la época dorada de Hollywood en los años 30, pero en este hotel ocurrían hechos extraños como la desaparición de personas. El hotel ha quedado abandonado y nada funciona salvo el ascensor..

La atracción consiste en acceder al duodécimo piso para finalmente caer al vacío en un descenso que te pone la piel de gallina. La altura mínima es de 1 metro, por lo que los niños también podrán disfrutar de esta atracción (si se atreven después de escuchar los gritos desde el exterior).

Otra de las atracciones que más atraen es Rock’n Roller Coaster Starring Aerosmith, que en su inauguración era la montaña rusa más vertiginosa de todo el parque. Tiene bucles de 360 grados y curvas cerradas a toda velocidad, con un ruido ensordecedor de fondo. Tengo que reconocer que yo no la probé porque me daba algo de miedo, pero a mis amigos les encantó y además permite el acceso a todo aquel que mida más de 1,20.

Con Armageddon: les Effets spéciaux, nos transportaremos a una estación espacial en órbita atrapada en una lluvia de meteoritos, mientras nuestro alrededor explota.

Studio Tram Tour: Behind the Magic es una de las atracciones que, aunque al principio pueda parece simple, acaba gustado. Es un trayecto en tren por los decorados de varias películas con un montaje donde nos veremos inmersos en un terremoto y una tormenta que desembocan en la rotura de una presa. No os cuento más para no desvelaros las sorpresas, pero es una gran ejemplo de cómo los efectos especiales pueden ser muy reales.

Antes de dirigirnos al otro parque, empezó a sonar una música y vimos que marcaba el inicio de una cabalgata con todos los personajes de Disney, subidos en coches antiguos decorados con los detalles de las películas a las que pertenecían.

Cuando nosotros fuimos a Disneyland había varias atracciones cerradas y que nos hubiera apetecido mucho disfrutar de ellas. Os dejo aquí las descripciones para los que vayáis próximamente y queráis probarlas:

Crush’s Coasters es una de las que más pena me dio al ver que estaba cerrada, ya que tiene una gran aceptación. Está basada en la película Buscando a Nemo, es una montaña rusa con bastantes curvas y bucles, casi todo el recorrido se hace a oscuras sobre una tortuga (a la que pueden acceder hasta 4 personas)

Ratatouille, que justo estaba en construcción, es otra de las que me hubiera gustado disfrutar ya que soy fanática de esta película. Las personas acceden de cuatro en cuatro a unas vagonetas con forma de ratón mientras se disfruta en 3d de un mundo gigantesco que te hace sentir como Remy, el protagonista de la película.

Desde aquí y viendo que se acercaba la hora límite que habíamos establecido, nos dirigimos al parque principal no sin antes disfrutar un poco más de las tiendas y la decoración de este parque y despedirnos de Mickey de Fantasía.

Además, sufrimos un pequeño incidente que nos hizo perder unos 40 minutos. Nacho perdió la entrada de acceso, por lo que no podría acceder al otro parque, así que tuvimos que ir a hablar con información, comunicarles lo que había pasado, esperar a que se pusieran en contacto con el hotel (donde compramos las entradas) y nos dieran una nueva.

Peeeeeeeeero, después de este pequeño gran susto ¡por fin estábamos en Disneyland! Lo primero que ve el visitante es el impresionante hotel de la entrada. Todo está decorado con flores y con detalles de los personajes (si os fijáis en el reloj veréis que es Mickey Mouse quien da la hora).

La decoración del parque cambia dependiendo de la época del año en que lo visitéis, en nuestro caso una explosión floral daba la bienvenida a la primera ya nosotros. Tengo que reconocer que nos encantó, es cierto que visitar el parque en fechas como Halloween o Navidades debe ser precioso, pero disfrutar de un día de sol y buen tiempo con tanto color a nuestro alrededor fue la mejor forma de descubrir Disneyland.

Lo primero que veremos nada más llegar es un pequeño pueblo con su propio «ayuntamiento», y una larga calle con infinidad de tiendas, puestos de comida, globos, etc. Es la Main Street, una recreación de la calle principal de una ciudad americana de principios del siglo XX. A cada paso que deis os sentiréis en otro mundo y estaréis más cerca de la imagen con la que todos soñábamos de niños: el castillo de La Bella Durmiente, la imagen que abre las películas de Disney.

Y ahora sí, vamos a empezar a ver qué atracciones encontramos en este parque y qué sorpresas nos depara así que ¡vamos a empezar a disfrutar nuestro día!

El parque se divide en cuatro zonas. Nosotros comenzamos con Discoveryland, la tierra de los descubrimientos donde los protagonistas son la aventura, la emoción y los viajes intergalácticos y submarinos. Una de las primeras atracciones que probamos fue Star Tours, un simulador de vuelo basado en la película Star Wars.

Con esta atracción viajaremos por el espacio en una nave que parece recién salida de la película. Tras cruzar una pasarela donde veremos a los míticos R2-D2 o C3 PO, viviremos una experiencia espacial con subidas, bajadas y aceleraciones que en algunos momentos parecen verdaderas. Tiene buenos efectos, aunque es una de las atracciones que podría mejorar. La altura mínima es 1 metro, por lo que los niños también podrán disfrutar de La Guerra de las Galaxias.

Seguimos con las atracciones extraterrestes y llegamos a Orbitron, una atracción con 12 cohetes espaciales de estilo retro que giran en espiral alrededor de una galaxia. Está basada en los bocetos de Leonardo da Vinci, en los que un grupo de máquinas volantes giran alrededor de una galaxia en un vuelo circular. Cada cohete representa una de las 12 constelaciones zodiacales.

Por el camino nos cruzamos con personajes como Angel de Lilo&Stich que iban animando el ambiente y llamando la atención de todos los niños (y adultos).

Nuestras siguientes paradas fueron Les Mystères du Nautilus, una visión de las 20.0000 leguas de viaje submarino de Julio Verne. El célebre submarino del capitán Nemo se encuentra ante nosotros para poder visitarlo y descubrir cada dependencia y sus secretos. Esta atracción tiene un horario más limitado que el resto, de 13:30 a 17:30, por lo que deberéis tenerlo en cuenta para no quedaros fuera de tiempo.

Buzz Lightyear Laser Blast es una experiencia muy chula (especialmente para niños). Al entrar en la atracción, Buzz nos pedirá ayuda para cumplir una misión y eliminar los peligros que nos acechan. Desde aquí iremos al Astro Blaster, la nave desde la que deberemos derrotar a los malvados robots con ayuda de dos pistolas láser. ¡Si hacéis diana en los objetivos triangulares, conseguiréis más puntos!

No tenemos tiempo para visitar todas las atracciones así que nos despedimos de esta parte con Space Mountain, la primera montaña rusa con banda sonora sincronizada con el recorrido, la primera montaña rusa de Disney con varios loops y la primera montaña rusa que posee un lanzamiento a través de su espectacular cañón (único aún hoy en día gracias a su inclinación de 60 grados) consiguiendo que sintamos que realmente iniciamos un viaje hacia el espacio. Es la atracción con más adrenalina de todo el parque; el recorrido se hace a oscuras, por lo que sentiréis aún más los bucles, las aceleraciones y los descensos. Obviamente esta atracción es para los más atrevidos (por desgracia yo no soy una de ellas, pero me chico subió dos veces y hubiera estado montando en ella todo el día si no tuviéramos el resto del parque esperándonos).

Desde aquí pasamos a Fantasyland, la tierra de la fantasía, donde todos los cuentos de hadas se hacen realidad y donde volver a la niñez es inevitable. Nuestra primera parada aquí no podía ser otra que El Castillo de la Bella Durmiente.

En el primer piso encontramos los manuscritos e ilustraciones del cuento, la parte superior está decorada con tapices d’Aubusson en las paredes y vidrieras con imágenes de las Hadas Madrinas, los reyes, la historia de Aurora y Maléfica.

Incluso podremos encontrar la fatídica rueca con la que se pincha Aurora y se sumerge en un profundo sueño.Fuera encontraremos numerosas tiendas (algunas de dulces y chocolates para los más golosos).

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It’s a small world era una de las atracciones que Walt Disney deseaba incluir en todos sus parques, donde en un pequeño barco daremos la vuelta al mundo disfrutando de los colores, sonidos y trajes típicos de cada rincón del mundo.

También subimos a Los viajes de Pinocho y a la atracción de Blancanieves, quizás las atracciones más flojas y que deberían ser renovadas ya que están algo anticuadas. Ambas son un recorrido en tren por los cuentos de Pinocho y Blancanieves, donde varios muñecos recrean las escenas; y a El País de los cuentos de Hadas, un crucero en barca a través de los cuentos, donde veremos paisajes en miniatura inspirados en La sirenita, Pedio y el lobo, la caverna de Aladdin, la Bella y la Bestia o el mago de Oz.

Nuestra última parada de Fantasylandia fue El curioso laberinto de Alicia, una atracción única de París y no en el resto de parques Disney. La atracción es un laberinto formado por setos e inspirado en escenas y personajes de la película «Alicia en el País de las maravillas».

La atracción se divide en dos: en la primera parte (antes de encontrar a la reina de corazones) encontramos puertas de distintos tamaños y a la Oruga Mushroom Lair fumando en su pipa de agua.

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También veremos al conejo blanco, al pájaro Dodo o al gato invisible.

En el segundo bloque las escenas suceden entorno a la reina de corazones, a quien encontraremos al final del recorrido.

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Antes de dejar atrás esta zona volvemos a pasear alrededor del castillo de Aurora, será la última vez que lo veamos iluminado y no queremos perdernos detalle. Además intentamos sacar la espada del rey Arturo de la piedra (pero parece ser que ninguno somos herederos del trono jaja).

Pasamos a Adventureland, donde únicamente subimos a dos atracciones: Adventure Island, una isla artificial con un paisaje atravesado por puentes colgantes, caminos y cuevas.

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La otra atracción no podía ser otra que Piratas del Caribe, la atracción que inspiró las películas de Jack Sparrow. En esta atracción nos adentraremos en cuevas secretas y descubriremos las guaridas de los piratas y donde esconden su botín. Ninguno de los personajes de la película aparecen, ya que la atracción es anterior, pero dicen que hay un proyecto para renovarla e incluirlos.

El paseo comienza en unos botes para unas 20 personas, donde pasamos a una laguna en plena noche, con cascadas. El barco pasa a través de un naufragio y entra en una antigua fortaleza . En un momento descenderemos por una de estas escaleras. ¡Sonreid porque os estarán haciendo una foto!

Sólo nos faltaba por visitar Frontierland, y no tendríamos tiempo a verlo todo si queríamos disfrutar del espectáculo de cierre, así que decidimos elegir entre las atracciones que más nos llamaban la atención.

Frontierland nos muestra una zona dedicada al oeste americano. Todo está decorado como una ciudad del oeste, con vaqueros, cantinas, barcos de vapor, etc. Un auténtico viaje en el tiempo a la época de los indios montados a caballo y los buscadores de oro.

Después de dar un paseo por el fuerte Comstock, nos pusimos rumbo a Phantom Manor, una casa encantada situada en lo alto de una colina y que pertenecía al señor Ravenswood, el poseedor de la mayor parte de las minas. Una casa que os recordará a la de la famosa película Psicosis.

Cuenta la historia que esta casa era un lugar alegre hasta que ocurrió algo terrible, la hija del magnate se enamora de uno de los mineros y decide casarse con él y marcharse lejos tras la boda, lo que enfurece al magnate, que se opone a esta unión. Una noche, la montaña tembló y toda la familia Ravenswood desapareció quedando únicamente la novia, vagando en traje de novia buscando a su amado.

El recorrido por la casa se hace en vagones de dos personas, diseñado para poder realizar giros de 180 grados y así disfrutar de cada escena.

Con muchas ganas y aún más pena porque el día estaba llegando a su fin, nos acercamos a la última atracción Big Thunder Mountain, la montaña que acabó con la familia de Phanton Manor.

En un vagón recorreremos la mina, serpenteando entre túneles y montañas que se mueven por el fuerte viento. El recorrido es de unos 1500 metros de largo y una altura de 22 metros, a una velocidad de 60km/h.

Cuando termina, nos dirigimos de nuevo a Fantasyland, al castillo de Aurora para poder disfrutar del cierre. Como aún quedan unos minutos, apreovechamos para entrar en alguna de las tiendas y para fotografiar los jardines, decorados con las figuras de la película El Rey León, y de Los Aristogatos.

En pocos minutos comienza el espectáculo de cierre. Todas las luces se apagan y queda únicamente iluminado el castillo, donde se proyectan imágenes con todos los personajes de Disney mientras los fuegos artificiales, el agua y bocanadas de fuego los acompañan.

Creedme si os digo que no importará la edad que tengáis, en ese momento vuestra cara se iluminará igual que lo hace la de un niño de 6 años y os sentiréis como tal. Antes de marcharnos de vuelta a nuestro hotel, aprovechamos para sacar alguna foto más, el día ha sido largo, pero divertidísimo, así que, para los que dudéis si dedicar un día a Disneyland, yo os digo que un sí rotundo a que merece la pena. Os reiréis como nunca y volveréis a sentir la magia que sentíamos al ver sus películas.