Vuelve el verano y las ganas de comerse el mundo y planear cientos de viajes y experiencias que nos dejen un buen sabor de boca. ¡Aquí tenéis de nuevo mi wish list por si os sirve de inspiración en estos meses de calor!

 

 

El destino (no tan lejano) con el que sueño. Perdido en una zona de la bella Puglia se encuentra Alberobello, un pequeño pueblo tan fotogénico que me cuesta encontrar fotografías suyas que no me gusten. Al ser un pueblo muy pequeñito, se puede recorrer en un sólo día. Lo más significativo de Alberobello es su arquitectura, basada en los trullos (o trulli en italiano), un tipo de construcción de cabañas en piedra con techos con forma de cono, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

¿A que ya tenéis nuevo fichaje en vuestra wish list de viajes?

Un vídeo que me inspira. Y no sólo a viajar. También a vivir. Alanxelmundo tiene un canal en Youtube donde muestra sus viajes, una canal que merece mucho la pena. Aunque tengo que reconocer que, a mi, como realmente me gana es con los vídeos que realiza al terminar cada año.

Si tengo que elegir uno, me quedo con este porque me parece inspiracional no sólo en los viajes que hacemos, sino en nuestra vida. A veces tenemos demasiada prisa en llegar a algo y nos olvidamos de disfrutar del trayecto. 

 

Una experiencia mágica. No es necesario irse a la otra parte del mundo para vivir sensaciones inolvidables (aunque si además lo hacemos en uno de los sitios más bonitos del planeta, la felicidad se multiplica aún más). En Noviembre tuve la oportunidad de hacer Deepboard en Bocas del Toro (Panamá) y fue una vivencia única. No sólo por la sensación de velocidad bajo el agua y de ser una auténtica sirena o delfín, sino porque el fondo marino al otro lado del charco te deja sin palabras. Corales de un tamaño inmenso, multitud de peces y el color del mar..

¿No sabéis qué es el Deepboard? Es un tipo de «deporte» acuático donde, con ayuda de una lancha y una tabla de metacrilato unidas por unas cuerdas, se puede navegar por el fondo marino a través de un nuevo tipo de snorkel (con giros y piruetas que nos lo harán aún más divertido).

Pues bien, una vez que lo pruebas, obviamente quieres repetir. Y este verano pienso hacerlo en las maravillosas aguas de mi isla. Formentera. ¿Alguien más se anima a este plan?

 

Una nueva forma de «recordar» dónde has viajado. ¿Sois de los típicos que colecciona postales, imanes o cualquier cosa que os transporte al último viaje que habéis hecho? Pues seguramente esta nueva forma de recordar vuestras andanzas viajeras os gustará.

Tras este gadget viajero se encuentra Maria Calderón, una sevillana que seguro que creará una nueva necesidad en muchos de vosotros. El set inicial viene con el soporte, tres señales y el título. El resto de señales se venden de tres en tres y pueden personalizarse con textos e imágenes propios. Estoy segura de que en cuanto echéis un vistazo a Tobris (pinchando en el nombre os llevará directamente a su web) añadiréis alguna que otra señal a vuestro «arbolito».

Un dulce para viajar. A Asia en concreto. Reconozcámoslo, a la mayoría de nosotros nos chifla la comida asiática. Un buen pad thai, un sushi con pescado muy fresco o un poke bowl, una cena india, noodles, din sums.. En los años 70 abrió el primer restaurante japonés de Madrid y ¡desde entonces la «fiebre» por lo asiático y exótico no ha parado!

Hace un año, en mayo de 2017 llegó a la capital uno de sus postres tradicionales, el taiyaki. Un dulce hecho con una masa parecida a las tortitas o los gofres pero (y aquí viene la sorpresa) con forma de pez. La forma habitual de tomarlo es con una pasta de alubias dulces, aunque aquí lo encontramos relleno de helados con sabores más típicos.

Vale, llego un año tarde, pero gracias a unos amigos he descubierto que en La Pecera (en calle Velarde 2, Madrid) podréis encontrar esta delicatessen para refrescar estos días veraniegos. Eso sí, si no os da pena hincarles en diente.

Un libro (que me muero por tener). Lugares sagrados de Sarah Baxter es una auténtica obra de arte. A través de sus preciosas ilustraciones, nos hace viajar a 25 destinos repartidos por todo el mundo, todos con un punto en común: su fuerte carga espiritual y el misterio que los envuelve. Gracias a Sarah podremos conocer la historia y los orígenes de esos sitios que siempre nos han fascinado sólo con deslizar las páginas. Podéis encontrarlo en Amazon pinchando aquí.  

Y por si aún no os he convencido, os dejo este enlace donde compara cada ilustración con el sitio real. ¡Seguro que lo añadís al carrito de la compra!

Definitivamente, el hotel donde quiero pasar un par de noches (o un par de semanas). En plena campiña bretona hay un rinconcito donde puedes dormir bajo un tipi indio y disfrutar al 100% de la naturaleza, aunque con las comodidades actuales. Últimamente me llaman demasiado la atención los hoteles diferentes y en los que puedes estar en contacto con el aire puro y lejos del ruido y del estrés.

Para aquellos curiosos, aquí os dejo su web por si os lanzáis a la aventura de dormir como un auténtico indio (eso sí, con más glamour)

 

El viaje que tengo en mente. Vale, que sí, que tengo en mente mil destinos y esto no es muy fiable; pero desde hace unos meses, mi hermano y yo estamos prácticamente decididos a ver las auroras boreales. Y como, aunque soy una amante del verano (y viviría de país en país siempre que haga calorcito), no sé estarme quieta, también me apetece unos días de fresquito y no podría elegir un sitio con temperaturas más bajas.

Así que esta probablemente será una de mis grandes vivencias de final de año o comienzos de 2019. Eso sí, aún no tenemos país decidido. Yo barajo Laponia para así ver también a Papá Noel, o Islandia para disfrutar de la Blue Lagoon, pero acepto consejos y recomendaciones de los que ya tengáis esta maravilla en vuestro curriculum viajero.

Gracias por leerme un día más.

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