Hay ciudades que, aunque a priori parece que tienen poco que ofrecer, nos cautivan por sus paisajes naturales. Por la belleza de aquello que es imposible de ser creado por una persona.

No sé si alguna vez os habéis encontrado ante un lugar que te sorprende tanto que no consigues saciarte; por más veces que lo contemples o por más fotografías que tomes de él. Las Islas Ballestas y las dunas de Huacachina son eso.

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Candelabro Paracas
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Dos paradas que, en principio parecían ser sólo eso y que ofrecen experiencias y un paisaje digno de un viaje como Perú.

¿Comenzamos la visita?

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Mi segundo día en Perú comienza de madrugada. Me espera un largo día con dos destinos impresionantes;  Paracas e Ica para contemplar dos polos opuestos de la naturaleza, el mar y el desierto. Me esperan las islas Ballestas y las dunas de Huacachina.

En torno a las 2 de la mañana suena el despertador, me ducho y preparo las maletas. Mientras el hotel, Puclana Lodge, llama a un taxi para ir a la estación de autobuses de Cruz del Sur.

El taxi tarda menos de 15 minutos en llegar a la estación de Javier Prado y el trayecto cuesta unos 25 soles.

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¿CÓMO VIAJAR A PARACAS DESDE LIMA?

Comienza la aventura peruana y pongo rumbo a las islas Ballestas y las dunas de Huacachina.

Según la mayoría de viajeros, Cruz del Sur es la mejor compañía de autobuses; además es la más importante de Perú. Y yo me incluyo en esa opinión. Yo compré los tickets antes de viajar; a través de su página web (pinchando aquí podréis acceder a ella) para asegurar el asiento y no malgastar tiempo en la estación.

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Los horarios para viajar de Lima a Paracas son desde las 3:30 de la mañana hasta las 14:00 y ofrecen dos tipos de asientos: los normales y los asientos VIP. Al ser un viaje  tan largo, en el que quería descansar, opté por esta opción.

No es mucho más caro que un asiento normal y la tarifa incluye asientos amplios y reclinables (casi como una cama), películas, música y juegos, Wifi (aunque en mi caso jamás pude conectarme a él), servicios exclusivos para los asientos VIP, aire acondicionado o calefacción, almohadas y mantas y un snack.
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El precio fueron 60 soles (unos 16€). Nada más llegar, me dirijo a facturar la maleta.
En este sentido Cruz del Sur funciona como un aeropuerto; enseñas el billete y dejas el equipaje en el mostrador. Allí lo pesan y etiquetan para evitar pérdidas y para que esté perfectamente controlado a la hora de recogerlo.
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Es importante que lleguéis a la estación al menos con 45 minutos de antelación. Además de facturar el equipaje hay que pasar un control para acceder; donde revisan los billetes y pasaportes y graban con una cámara. 

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El autobús por dentro es increíble; realmente se puede descansar en sus asientos y las comodidades que ofrecen están genial.
Las películas son actuales y, al haber únicamente 12 asientos, hay mucho espacio.

¿El único problema? El mismo que tuve desde el minuto que salí del aeropuerto.
Los peruanos conducen fatal. Adelantan con temeridad, suelen ir algo más rápido de lo recomendable, frenazos y un largo etcétera. Esto sumado al estado de las carreteras, hacen que pienses que no llegarás al siguiente destino.
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En torno a las 6 de la mañana nos dan un pequeño desayuno; que consta de un bollo de leche con fiambre, un muffin y una bebida caliente (café o té).
En algo más de una hora (a las 7:30 de la mañana) llegamos a Paracas, la primera parada.

PARACAS

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Paracas podría traducirse como «lluvia de arena» y ofrece un  atractivo declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO; La Reserva Nacional de Paracas.

 

LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES DE PARACAS; ¿DÓNDE CONTRATAR EL TOUR Y DEJAR LAS MALETAS?

En la estación podréis dejar las maletas sin ningún problema y contratar el tour para las Islas Ballestas; además de comprar el billete a Ica. En mi caso, decidí esperar a terminar el tour para evitar perder el bus.

En cuanto al tour, me costó 40 soles, a los que hay que sumar la entrada (10 soles) y la tasa de entrada (3 soles). El precio final son 53 soles (unos 14€).

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Mi consejo (y creo que os será muy útil durante todo el viaje): en cualquier tour o guía que contratéis no debéis pagar antes de disfrutarlo. Siempre, siempre, siempre buscad tours que os pidan el dinero después, o que sólo os pidan una parte. Nunca sabéis si os dejarán tirados y, una vez pagado, no podréis reclamar.

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El puerto desde donde saldremos a Islas Ballestas se encuentra a menos de 5 minutos caminando desde la estación.

Seguramente encontréis tours a mejor precio que el mío, pero era mi primer día y aún no conocía el «regateo peruano». Aún así no me pareció excesivamente caro.

Allí pagaréis la entrada y la tasa y aquí os doy el segundo consejo del día. Si vais en pareja o en grupo, evitad comprar las entradas como tal e id uno a uno. Las taquilleras a veces «no se dan cuenta» y te cobran por dos personas pero te dan la tasa de una sola persona y, de nuevo, no podréis reclamar. Así que es mejor ir uno a uno y evitar estas «confusiones».

En el puerto encontraréis cajeros automáticos por si necesitáis sacar dinero.
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EXCURSIÓN A LAS ISLAS BALLESTAS

En el puerto esperamos unos minutos a que todo el grupo compre sus entradas y la lancha esté lista y nos embarcamos rumbo a las islas.

El tour dura unas dos horas. El mejor sitio para disfrutarlo es a la izquierda de la lancha, donde en pocos minutos veréis el conocido Candelabro de Paracas, un geoglifo de 180 metros de largo y unos 2500 años de antigüedad.

Su significado es todo un misterio, ha sido relacionado con las líneas de Nazca y las pampas de Jumana; algunas teorías señalaban que podría haber sido realizado por extraterrestres, otras que podría señalar un tesoro pirata o la dirección a Cuzco.
Lo cierto es que aún no existe una hipótesis certera.

Unos clics de cámara después, cogemos velocidad rumbo a las «Galápagos de los pobres»; como se conocen a estas islas.
Conforme nos acercamos, encontramos leones marinos que nos «saludan» desde el mar y se acercan a curiosear. Hasta que llegamos a la primera parada, donde encontramos decenas tumbados en las rocas.

Candelabro Paracas

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En el recorrido aparece algo que no pensaba encontrar en una zona calurosa ¡pingüinos! Son los pingüinos de Humboldt, una especie en peligro de extinción que se ha adaptado a esta zona gracias a las aguas frías que provienen de la Antártida debido a las corrientes de Humboldt.

Conforme avanzamos, el espectáculo es mejor. Miles de aves vuelan sobre nosotros (por eso si la lancha tiene techo no dudéis en sentaros bajo él, o acabaréis bañados y no con agua precisamente).
En esta zona se encuentran los cormoranes, aves productoras de guano como el guanay, el piquero o el zarcillo; además de pelícanos y pájaros bonos peruanos, todos conviviendo en esos preciosos acantilados.

Al haber tantas aves productoras de guano, en esta zona encontramos una empresa que se dedica a exportarlo a otros países junto con algas marinas para que sirva como abono; por lo que el olor en algunas zonas no es demasiado agradable, aunque sí soportable. Durante el resto del trayecto volveremos a ver leones marinos y esta vez los escucharemos aullar, ya que hay una playa donde se encuentran todos los machos.

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AUTOBÚS A ICA

Continúa mi aventura por las islas Ballestas y las dunas de Huacachina.

En torno a las 10 de la mañana el tour regresa a la estación, donde a las 10:15 sale el siguiente bus a Ica.
Yo tuve que esperar al bus de las 10:40 ya que el anterior estaba lleno. El precio del billete son 20 soles (unos 5€) (esta vez en trayecto normal ya que el viaje dura menos de dos horas y me parecía ridículo gastar más dinero por ir en la parte VIP).

El autobús llega con retraso, en torno a las 11:15 y, tras facturar de nuevo maletas y pasar por el control, accedemos al bus (el piso inferior es la zona VIP).

Los asientos no son tan cómodos pero es un viaje ameno, con películas y ofrecen una bebida gratis; así que decidí probar la Inka Kola, una bebida de la marca Coca Cola, originaria de Perú. Es amarilla fosforito y tiene un sabor dulce, he leído que está hecho a base de aroma de hierba-luisa.

El camino atraviesa paisajes áridos y desérticos espectaculares. quedan una idea de lo que encontraré en Ica.

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LLEGADA A ICA

Llegamos sobre las 13:30, después de una parada en las Dunas, donde nos recomiendan no bajarnos del autobús.

Desde la estación de Ica tomo un moto taxi al hotel por 2,5 soles y, tras dejar las maletas, otro hasta La Olla de Juanita, donde comeré.

Ica es una lugar caótico, donde conducen aún peor si es que es posible y todo parece desordenado y estresante. Además no hay demasiada sensación de seguridad, no sé si será así pero, por si acaso, mejor llevad vuestras pertenencias bien guardadas.
El trayecto son 10 soles, aunque quería cobrarme 15 pero, como ya habíamos acordado el precio, me niego rotundamente.

¿DÓNDE COMER EN ICA?

La Olla de Juanita es el restaurante que recomiendan prácticamente todos los blogs de viajes.

Se encuentra en las afueras de Ica y  se caracteriza por su buena comida, totalmente típica del Perú.

La carta tiene una oferta tan amplia y exquisita, que es muy difícil elegir qué comer; aunque el menú final fueron unos chicharrones de pollo y papa a la huacahina que, a mí me encantó (desde aquí, pueblo visitaba, pueblo en el que miraba si tenían).

La comida y las bebidas costaron 57 soles (unos 15€) que pude pagar con tarjeta de crédito.

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Con el estómago lleno, es hora de seguir con la ruta.

El propio restaurante se encargó de llamar a un taxi para volver al hotel ya que a las 16:30 venían a recogerme para ir a Huacachina. El taxi costó de nuevo 10 soles.

En el hotel ofrecían tours para la tarde, así que decidí contratarlo allí. Los precios están prácticamente unificados en todas las agencias; a mí me costó 60 soles (unos 16€) e incluía el transporte de ida y vuelta al hotel, el buggie y sandboard.

Cuando llego a la agencia Pelican Travel, dejo la mochila para llevar el menor peso posible, (y, sin querer, me olvidé el móvil y la GoPro y prácticamente todo salvo la cámara de fotos). Nos montamos en el buggie y, antes de entrar pagamos una tasa de 3,80 soles por persona.

LAS DUNAS DE HUACACHINA

Seguimos nuestra ruta por las Islas Ballestas y las dunas de Huacachina.
A toda velocidad dejamos atrás «la civilización» y nos adentramos en el desierto.

El buggie sube y baja montañas de arena totalmente verticales derrochando adrenalina. Es como estar en una montaña rusa, pero con el paisaje más espectacular que puedas imaginar como fondo. Sin saber bien hacia dónde te diriges. Mires donde mires solo ves desierto. Es increíble ver cómo se orientan los conductores de los buggies entre tanta arena.

De pronto el buggie frena, quedando en un pequeño precipicio de arena. El chico empieza a sacar unas tablas y a frotarlas con cera. Sí, el momento que llevaba esperando todo el día ha llegado, ¡vamos a hacer sandboarding o sanding! que no es ni más ni menos que descender dunas de 30 metros en una tabla de madera a una velocidad increíble.

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Tengo que reconocer que una vez que te ves encima asusta un poco; pero no lo dudéis y ¡lanzaos! ¡Quién sabe si volveréis a un sitio así y tendréis la oportunidad de tener esta experiencia!

El truco está en mantener los brazos rígidos e ir frenando suavemente con los pies. Es cierto que es una actividad muy turística, pero el recuerdo de ese día será increíble y para siempre.

Desde aquí nos dirigimos hacia el oeste; buscando el mejor sitio para ver el atardecer.
El cielo se resiste a dejar su azul, pero el sol coge un tono naranja que tiñe las dunas y convierte la puesta de sol en un precioso espectáculo. El tour termina con las vistas de la laguna de Huacachina, que ponen el broche de oro a una ruta espectacular.

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Si os digo que este fue uno de los mejores días de mi vida quizás me quede corta.

Ica es una ciudad fea; pero todo el encanto que pierde en sus calles lo gana en la arena de sus dunas. Ir saltando entre ellas, con la adrenalina a flor de piel y dejando el miedo atrás para deslizarse por sus «montañas» es un lujo.

Vuelvo al hotel con muchas ganas de ver lo que me espera mañana y con un chute de energía difícil de olvidar. Os dejo con algunas fotos más de las Islas Ballestas y las dunas de Huacachina ¡Espero que las disfrutéis!

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

 

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