Aunque Barcelona ofrece cientos de lugares interesantes, la ciudad tiene un nombre propio. Hoy toca conocer la Barcelona de Gaudí.

No hay visitante que no dedique al menos uno de los días en la ciudad al genio catalán; el creador del modernismo que dio renombre a Barcelona y la convirtió en la ciudad grandiosa que hoy conocemos.

¿Os apetece conocer sus obras y recorrer la Barcelona de Gaudí?
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Lo primero que hay que saber para visitar la «ruta del modernismo y de Gaudí» es que es imposible visitar todos estos puntos sin llevar todo perfectamente planificado y con las entradas ya compradas.

Gaudí y su obra es uno de los reclamos de la ciudad. Como es lógico, las colas ante cada edificio pueden durar horas los días de máxima afluencia; como los fines de semana y los puentes.

Os aconsejo llevar un horario y tener las entradas compradas con antelación.

Hoy os muestro la ruta que nosotros hicimos.
Eso sí, dejamos de lado el orden lógico que llevaría cualquier persona (por la cercanía de los edificios) y tuvimos que movernos de un punto a otro de la ciudad, para cuadrar bien los horarios y no perdernos nada.

Y una vez que tengáis vuestras entradas y todo listo ¡vamos a recorrer la Barcelona más modernista!

La Barcelona de Gaudí

HOSPITAL DE SANT PAU

Empezamos el día en el mayor recinto modernista del mundo; que para nuestra suerte está en Barcelona.

Para llegar debemos tomar la línea de metro L4 (en el mapa de metro viene señalizada en color amarillo) y bajarnos en la parada Guinardó – Hospital de Sant Pau. Tras un par de minutos caminando nos encontraremos esta maravilla ante nosotros.
El precio de la entrada dependerá de si queremos una visita guiada o libre, en el primer caso cuesta en torno a unos 15€ (10€ si somos estudiantes) y 8€ (6€ al ser estudiantes) si vamos por libre.

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Y ahora que ya hemos llegado ¿queréis saber algo más sobre este colorido hospital?

Corrían los fatídicos años de la peste en Barcelona cuando a principios del siglo XX un millonario banquero catalán, Pau Gil, decidió liquidar su banca antes de morir.
Donó todos sus bienes a la construcción de un hospital que fuera el mejor a nivel tecnológico, médico, arquitectónico y similar a los hospitales de París.

Poco después se iniciaron las obras de este descomunal edificio a cargo de un famoso arquitecto modernista: Lluís Domènech i Montaner.

 

Éste planeó una construcción que ocuparía unas nueve manzanas.Su ambicioso proyecto se inició en 1902 y duró unos 28 años.
Como buen modernista decidió que su edificio, además de ser funcional debería estar inspirado en la naturaleza y en la historia catalana.
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Hospital modernista BarcelonaConstruyó 27 edificios, separados para evitar contagios entre ellos. En cada uno se trataría una especialidad diferente; identificándolos gracias al santo o virgen que presidía cada puerta (los santos se utilizaban en los pabellones masculinos y las vírgenes en los femeninos).

La visita comienza en el gran edificio administrativo que en sus orígenes recibía a los pacientes.
Nada más entrar encontramos una enorme decoración en paredes, techo y suelos, que nos hace olvidar que nos encontramos en un hospital.

De aquí pasamos al sótano, que toma un tono más sobrio y que actualmente está animado con proyecciones sobre las paredes para recrear cómo era el trabajo en el hospital. Este pasillo nos lleva al centro del complejo, un jardín central entre todos los pabellones, la mayoría actualmente vacíos.

No todos estos pabellones son visitables, pero en los que están abiertos al público, podremos apreciar detalles como las ventanas o las imágenes que identificaban a qué especialidad pertenecía; la decoración interior y exterior y alguna imagen antigua para hacernos una idea de cómo eran utilizados.

El Pabellón de Administración es uno de los más bonitos, el piso superior y su cúpula de vitrales son maravillosos, además desde aquí tenemos una vista de nuestra próxima parada: La Sagrada Familia.

LA SAGRADA FAMILIA

Veinte minutos a pie y estaremos ante la obra maestra de Gaudí. El edificio en construcción más conocido de España.

Como dije al comienzo de la entrada, os aconsejo encarecidamente que saquéis la entrada antes; las colas pueden durar más de dos horas. En su página web, podréis comprarlas sin ningún problema y eligiendo la opción que más os guste (por libre, con guía o con audioguía).

Al comprar las entradas deberéis elegir un horario y, aunque no son excesivamente duros con este tema, no os aconsejo llegar más de 15 minutos tarde.

En nuestro caso elegimos la opción de la audioguía para ir por libre. Así que tras entrar, y una pequeña cola de 5 minutos para que nos entregaran los audios, empezaba la visita.
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La Sagrada Familia es un templo expiatorio, es decir, una casa de oración donde está expuesto el Santísimo Sacramento para la expiación de los pecados.

La construcción se inició en 1882, pero pasó a manos de Gaudí un año después hasta su muerte. Tras esto, varios arquitectos han continuado con las obras siguiendo las pautas marcadas por Gaudí.

Nos da la bienvenida la imponente fachada del Nacimiento; la única parte del templo directamente construida por Gaudí. Como está dedicada a un acontecimiento gozoso, su decoración es toda una celebración de la vida.

Representa varios momentos de la vida de Jesús, desde la Anunciación, al Nacimiento, la oración en el templo o a Jesús niño trabajando de carpintero con José. Hay numerosos elementos simbólicos como el árbol de la vida y continuas referencias a la naturaleza, punto de inspiración de Gaudí en casi todas sus obras.

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El interior impresiona nada más cruzar la portada; a pesar de que aún faltan muchas vidrieras por terminar. Es un reflejo de la creatividad y el ingenio del arquitecto y recuerda un gran bosque al utilizar columnas en forma de tronco.

Por último, y para no desvelaros mucho más de la Sagrada Familia, terminaremos esta visita en la Portada de la Pasión.

Ésta empezó a construirse tras la muerte de Gaudí, siguiendo sus dibujos y explicaciones. Está dedicada a los últimos momentos de la vida de Jesús y su sufrimiento. Comparada con la fachada del Nacimiento, ésta es totalmente austera y con líneas mucho más simples, donde destaca el efecto dramático de las esculturas.

La portada muestra momentos como la última cena, la oración en el huertos, la flagelación, la coronación de espinas, el juicio, la crucifixión y la resurrección.

Nosotros prescindimos de la subida a las torres ya que iba algo accidentada, pero no dudéis en comprar la entrada doble ya que disfrutaréis de unas vistas maravillosas y podréis ver de cerca los adornos de la parte superior de la Sagrada Familia.

PARK GÜELL

Desde aquí haremos un salto espacial y nos iremos a la otra punta de la ciudad para visitar el Park Güell. El motivo es que el parque cierra mientras nuestras siguientes visitas tienen un horario algo más amplio.

Park Guell

Para llegar al Park Güell debéis coger la línea L5 de metro, cuando lleguéis a la parada hay que caminar y subir escaleras; pero, cuando las vistas una vez lleguéis arriba, merecen la pena.

El parque debe su nombre a Eusebi Güell, un rico empresario catalán que encargó el proyecto de construir un conjunto residencial de lujo en esta zona; al contrario de lo que esperaba, la idea no triunfó y finalmente únicamente se construyó el parque tal y como hoy lo conocemos.

De nuevo vemos cómo se inspira en las formas de la naturaleza. Utiliza los colores, las columnas con aspecto de árboles y la geometría para crear su proyecto, sin olvidar el simbolismo religioso y político. Además incluye uno de los símbolos de Barcelona: el trencadís, es decir, los mosaicos realizados con trocitos de cerámica de colores en su famoso dragón.

El parque está abierto todos los días del año, pero su horario cambia según la época. Lo que es comprobarlo cuando planeéis en viaje. Y aquí viene la mala noticia; aunque hasta hace poco el parque era gratuito, ahora es necesario pagar una entrada para acceder a la zona monumental. Podéis comprar vuestra entrada aquí.

Nosotros compramos también la entrada para la casa museo de Gaudí. Siento decir que fue tanto una pérdida de tiempo como de dinero.
Si sois amantes del arquitecto y tenéis curiosidad, visitadla; pero no ofrece nada nuevo ni es especialmente bonita. Es una casa con poca decoración y que lo único interesante que ofrece es saber que Gaudí vivió allí durante veinte años.

COMER EN EL EIXAMPLE

Frente a La Pedrera se encuentra el restaurante Tragaluz. Con un look muy cosmopolita, y unos platos deliciosos.

Es el restaurante más emblemático del grupo que lleva el mismo nombre, Tragaluz; y en el encontraréis cocina mediterránea y tradicional en su versión modernizada.

Una de las cosas que me gustan de este restaurante es que ves cómo te cocinan mientras disfrutas de la luz natural; el techo es totalmente de cristal, lo que le da ese ambiente tan mágico.

En nuestro caso pedimos un tataki de atún y pasta. Ambos riquísimos.

Passatge de la Concepció, 5.

CASA MILA O «LA PEDRERA»

En el Paseo de Gracia se encuentra otro de los monumentos que hace esta zona de Barcelona tan emblemática; la casa Milá, también conocida como La Pedrera.

La Pedrera Gaudí BarcelonaVisita incluida en cualquier tour turístico que se precie y parada obligatoria si se visita Barcelona. Pero la Pedrera no fue tan valorada en sus orígenes; de hecho este «apodo» hoy cariñoso fue en un principio un adjetivo para descalificarla.

Su construcción se debió a un encargo de Pere Milà, un burgués catalán y principal impulsor de este estilo arquitectónico. Contrató a Gaudí para construir un edificio de grandes dimensiones, donde el piso principal sería la casa señorial y residencia de la familia y el resto se destinaría al alquiler. La planta baja tenía como función albergar tiendas, como una sastrería.

Desde un primer momento el edificio estuvo plagado de polémicas y retrasos ya que el edificio superaba en altura y anchura lo establecido en las ordenanzas; además Gaudí y los Milà no estaban de acuerdo con la decoración interior, lo que provocó que Gaudí abandonara el proyecto en 1909.

Gaudí construyó La Pedrera siguiendo la etapa naturalista en la que estaba inmerso, buscando inspiración en las formas orgánicas.

El edificio consta de seis plantas articuladas alrededor de dos patios interiores. Toda la fachada está realizada en piedra calcárea, excepto la parte superior que está cubierta con azulejo blanco, simulando una montaña nevada. Los balcones están adornados con hierro forjado, con una forma que recuerda las algas marinas.

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Coronando La Pedrera encontramos una azotea, donde se sitúan las chimeneas y las torres de ventilación, creando un jardín de esculturas al aire libre gracias a sus formas. Esta azotea tiene muchos desniveles así que ¡id pendientes de donde pisáis!

En la azotea hay un total de 30 chimeneas y 2 torres de ventilación. Como ya sabréis, estas chimeneas son uno de los elementos más famosos no sólo del edificio, sino de toda Barcelona.
Están construidas en ladrillo y cubiertas de mortero en color ocre y rematadas con una pequeña cúpula que recuerda al casco de un guerrero (algunas están vestidas con trozos de botellas de cava verde).

¿SABÍAS QUE..
el director de cine  George Lucas se inspiró en ellas para los cascos de sus soldados imperiales en Star Wars y para el casco de Darth Vader?

De nuevo os recomiendo llevar vuestra entrada ya comprada, para evitar la pérdida de tiempo. En la página web oficial podréis encontrarlas sin problemas.

CASA BATLLÓ

Casa Batlló

Para terminar este segundo día sólo tenemos que caminar unos metros y llegaremos a la casa Batlló.

Se trató de un encargo a Gaudí para reformar el edificio ya existente. Y sí, cumplió.
La fachada de la casa Batlló es una de las más coloristas de toda la ciudad, al igual que el techo, que representa la batalla de San Jorge (patrón de Cataluña) contra el dragón.

Gaudí no sólo se quedó en la remodelación exterior; toda la casa refleja esa imaginación y la plenitud de la etapa naturalista del arquitecto.
La fachada está realizada con arenisca de Montjuic, adornada con columnas con forma ósea y representaciones vegetales. Las ventanas están cubiertas con vidrios de colores y añadió barandillas de hierro con forma de antifaz a los balcones. Totalmente revestida con cerámica y trocitos de cristal; cuya decoración dirigió personalmente, observando desde el Paseo de Gracia.

En el interior usó también colores y formas inspirado en la vida marina. Los patios interiores muestran el dominio de la luz y del color.

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La visita está perfectamente organizada. En la entrada te dan una guía electrónica que explica absolutamente todo con lujo de detalle, animaciones y reconstrucciones de cómo estaría decorado.
El recorrido dura aproximadamente una hora e incluye la planta noble, el patio de manzana, el patio de luces, los desvanes, la azotea y sus míticas chimeneas.

Personalmente creo que es una de las audio guías que más me ha gustado desde que empecé a viajar. Todo está tan bien explicado que realmente llegas a pensar como Gaudí lo hacía y descubres detalles de sus obras que en el resto de visitas del día no eran tan evidentes.

Es la única entrada que nosotros no llevábamos comprada ya que nos daba miedo no tener tiempo a visitarla y gracias a su horario (cierra a las 21:00, por lo que a las 20:00 podréis acceder al último pase) pudimos disfrutar de esta maravilla. Nosotros no encontramos cola para comprar las entradas. Igualmente en su web podréis comprarla, además no tiene horario ni fecha.

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Lo mejor, sin duda, su terraza con una decoración que no deja a nadie indiferente. De nuevo vemos que la utiliza para situar las salidas de humo y de ventilación; pero con una estética de los elementos mucho más artesanal y más escultórica. Las chimeneas llaman la atención por su forma rematada por un sombrerete y revestidas en cerámica. Además en la terraza se sitúa un desván que da forma al lomo del dragón del edificio.

Terminamos el día con la imagen de la casa Batlló iluminada al caer la noche.
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Casa Batlló

Como veis, Gaudí ha dejado una huella en Barcelona imborrable. Tomó un lienzo ya dibujado y lo coloreó con su trencadís, lo dotó de vida gracias a sus edificios llenos de simbolismos sobre la naturaleza e hizo del modernismo un arte.

Tanto si sois amantes del arte como si no tenéis ni unas nociones básicas, esta ruta por Barcelona os dejará con la boca abierta y os robará un trocito del corazón.
¿Qué esperáis para adentraros en el mundo de Gaudí?

 

Os espero mañana con un nuevo día descubriendo Barcelona, espero que también me acompañéis.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

 

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