Uno de los placeres de viajar a Sevilla es que no importa cuántas veces la hayas visitado, pasear por sus calles siempre sorprende y es imposible no enamorarse del duende que la envuelve. Capital de Reyes, de historias y de tradiciones, donde el sol siempre brilla y donde cualquier hábito, como salir a cenar, se convierte en un auténtico placer. Sevilla es la tercera ciudad española más visitada, y no es de extrañar puesto que posee un patrimonio histórico y cultural que te invita a volver y adentrarte en su arte.
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Si me dieran a elegir una ciudad para vivir, sin duda Sevilla sería una de las principales candidatas. Tuve la suerte de vivir allí durante seis años y, aún así, sigo encontrando nuevos rincones donde perderme y emocionándome al recorrer sus preciosos callejones impregnados de aroma a incienso y azahar.
Obviamente visitar Sevilla en un sólo día es casi imposible, pero para los que tengáis un sábado o domingo libre y no sepáis qué hacer ¿qué mejor plan que escaparse a la capital hispalense? Sevilla es la capital andaluza y una de las cinco ciudades más pobladas de toda España, su maravilloso clima hace que pueda ser visitada sin problema durante todo el año y, lo mejor, tiene un casco histórico con tanto que ofrecer que estoy segura de que os encantará. En el mes de Octubre decidimos hacer una escapada de un día y, para los que tengáis intención de visitarla próximamente, aquí os dejo una ruta que os pueda servir de inspiración. ¿Empezamos?
Para los que visitéis Sevilla en tren, nada más llegar a la estación de Santa Justa, deberéis salir y tomar el autobús 32 en dirección a la Plaza del Duque, desde donde empezaremos nuestra visita. Si llegáis en avión podéis tomar el autobús del aeropuerto que os dejará en esta misma estación. Y ¡empezamos con la ruta!
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La Plaza del Duque es una zona muy conocida, desde aquí se llega a las principales calles y es una zona con muchos hoteles, restaurantes, cafeterías y tiendas. Justo en el centro de la plaza podemos encontrar una estatua de bronce del pintor Diego Velázquez.
Desde aquí tomaremos la famosa calle Sierpes. Hace un tiempo leí que todas las ciudades importantes tienen su calle principal, en París son los Campos Elíseos, en Londres Trafalgar Square y en Sevilla es calle Sierpes. No se sabe con seguridad el por qué de su nombre, algunos autores consideran que es por la forma serpenteante que tenía antiguamente, mientras que otros creen que es por un adorno que hubo en esta calle hasta mediados del siglo XIX que tenía adornos con forma de serpiente o por ser la calle donde vivió Álvaro Gil de las Sierpes.
Existe una leyenda popular que dice que en el siglo XV desaparecían niños sin motivo de la ciudad. Un día, un forastero llegó a la ciudad y contó que, mientras estuvo encarcelado excavó un túnel para poder excavarse; cuando llegó a las alcantarillas descubrió la causa de las desapariciones. A cambio de su indulto bajó a las alcantarillas donde encontró una serpiente de 6 metros y restos de los niños desaparecidos. Tras matarla, la exhibieron, consiguiendo así la calle este nombre.
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Sea como sea, lo cierto es que es la calle más afamada de la ciudad, una de las principales ya que todos los pasos de Semana Santa la recorren y donde podemos encontrar infinidad de negocios, algunos incluso conservan sus letreros antiguos. A ambos lados de la calle además se sitúan algunas pequeñas iglesias.
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Al final de la calle llegaremos al Ayuntamiento, pero antes de hacer una parada aquí, giraremos a la izquierda para llegar a la plaza del Salvador, uno de los lugares con más historia de Sevilla y donde actualmente se desarrolla gran parte de la vida social de sevillanos y visitantes, ya que al caer la tarde la gente se reúne en los bares de alrededor a tomar una cerveza bien fresquita con las mejores vistas posibles.
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Pero, como os decía, ya desde época antigua es un punto clave en la ciudad ya que en el perímetro de la plaza se han albergado mansiones romanas, templos cristianos, mezquitas, hospitales, cementerios, mercados y varias iglesias. Bajo la iglesia se encontraba parte del Foro Romano y una construcción basilical. Al parecer en el año 829, Abd al-Rahman II ordena la construcción de una mezquita sobre los restos de la basílica.
La iglesia actual del Salvador consta de tres portadas, que corresponden a las tres naves del edificio (la más alta es la central). En cada portada encontramos una ventana circular (al igual que en la altura, la ventana circular central es la más grande). Cada nave aparece separada de las otras por dobles pilastras a modo de columnas, que también encontramos en los extremos. La parte superior está coronada con un frontón y una cruz de forja.
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Frente a la iglesia, adornando un lateral de la plaza, se encuentra la escultura de Martínez Montañés, uno de los principales imagineros españoles. Como no, existe una leyenda que dice que se encuentra un lateral y no en el centro ya que aquí era donde esperaba él cada año ver salir su Señor de la Pasión. Si queréis leer más sobre esta iglesia, hay un blog buenísimo no sólo sobre ella, sino prácticamente de cada lugar de Sevilla. Sólo tenéis que pinchar aquí y podréis empezar a disfrutar de la historia y leyendas de la ciudad con todo lujo de detalles.
Dentro podréis contemplar obras religiosas de Juan de Mesa como el Cristo del Amor, o el Cristo de la Pasión de Martínez Montañés. Depende del horario de visita deberéis pagar o no, en nuestro caso no pudimos entrar ya que estaba cerrada cuando llegamos.
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Volvemos de nuevo a la Plaza del Ayuntamiento, por la parte trasera. Esta es una de las primeras edificaciones renacentistas andaluzas de estilo plateresco. Esta es actualmente la parte posterior, pero antiguamente era la fachada principal. Está decorado con pilastras y columnas con fustes y motivos que se repiten en las jambas y entablamentos. En los medallones y hornacinas que lo adornan aparecen personajes históricosy héroes vinculados a la ciudad como Hércules y Julio César.
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Al fondo podemos contemplar uno de los edificios emblemáticos del centro de la ciudad, es conocido como La Adriática. Su construcción es del año 1914 y sigue la arquitectura ecléctica, mezclando elementos islámicos, platerescos y regionalistas. Lo que más llama la atención es su mirador en esquina circular, mostrando arcos y elementos similares a los minaretes árabes. Está decorado con azulejos de colores en la cúpula, lo que llama aún más la atención. Es uno de los edificios más fotografiados de la ciudad y ya podéis ver el por qué.
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Desde aquí caminamos por la Avenida de la Constitución, hasta llegar a la Catedral. La Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla es el tercer templo más grande del mundo por superficie y la primera del mundo por su volumen. Como esto puede ser un poco lioso, sea como sea es la Catedral gótica más grande (que eso es más fácil de recordar) Hay varios escritores que, tras verla, han dicho de ella que es un auténtico mundo o que Notre Dame de París a su lado no tiene importancia. Desde el año 1987 es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y desde 2010 Bien de Valor Universal Excepcional junto al Alcázar y al Archivo de Indias.
El horario de visitas es de 11 a 17:00, excepto los domingos que es de 14:30 a 18:00 y las entradas cuestan 9€ (si sois estudiantes menores de 25 años cuestan 4€) y es gratuita para menores de 14 años, desempleados o residentes en Sevilla. En horarios de misa se puede acceder gratuitamente, aunque no a toda la catedral.
Su construcción se inició en 1401 sobre una antigua mezquita demolida. El interior consta de cinco naves más las capillas laterales; como suele ocurrir, la nave central es más ancha que el resto. Las dimensiones, como no podía ser de otra manera, son imponentes: 116 metros de largo por 76 de ancho y 40 metros de altura (sin contar la Giralda). Se dice que en el momento de su construcción escribieron: «que se labre una iglesia tal y tan buena que no haya otra igual».
No quiero contar mucho más del interior ya que tengo pendiente escribir una entrada sobre una visita a las cúpulas de la catedral que creo que puede gustaros y no quiero desvelar mucho más aquí, pero sin duda el interior merece mucho la pena.
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En el exterior se alza la Giralda, que es el campanario de la Catedral, tiene 104 metros de altura y está coronada por una escultura de bronce conocida como Giraldillo. Durante siglos fue la torre más alta de España y una de las más altas de Europa, incluso supera al Big Ben que sólo (¿sólo?) mide 96 metros de altura.
Los que hayáis visitado Marrakech sabréis que guarda un gran parecido con la Koutoubia (el alminar de la Mezquita más importante de Marrakech), esto se debe a que fue construida a semejanza de ésta. Algo que llama la atención a los que la miran detenidamente es la inscripción que encontramos en su parte superior. Para los que sintáis curiosidad el texto que dice: Turris fortissima nomen DNI Proverb 18, significa La torre más fuerte es el nombre del Señor. El nombre de Giralda viene de la palabra girar, y se relaciona con la veleta de la torre en forma de animal o de figura humana, aunque en un primer momento se refería únicamente al actual Giraldillo, con el paso del tiempo pasó a ser el nombre de la torre al completo.
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Se puede subir a la Giralda si os apetece, el precio de la entrada es de 7€ (para los estudiantes, jubilados o parados y los residentes en Sevilla 1,5€ ) pero los domingos es gratis. Eso sí, preparad las piernas, aunque no es una subida tan dura como a otros edificios como podría ser Notre Dame de París o el Duomo de Florencia, además en este caso no hay escaleras, sino que encontraréis treinta y cinco rampas. Esto se debe a que se diseñaron con la intención de que pudiera subirse con caballo. Se dice que cuando Fernando III conquistó la ciudad, subió estas rampas con su caballo para contemplar la ciudad.
Nosotras no subimos para poder visitar así otros sitios, pero en otras ocasiones sí que subí y las vistas son increíbles y realmente el esfuerzo no es excusa para la recompensa que obtendréis. Desde arriba se ven todas las cúpulas, azoteas y torreones de la Catedral, los callejones del Barrio de Santa Cruz, la Torre del Oro junto al Guadalquivir y sus puentes,y la Cartuja a lo lejos.
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Antes de iniciar el recorrido a nuestra siguiente parada, decidimos dar un paseo rodeando la Catedral para disfrutar de todas sus portadas, como la Puerta del Perdón (una de mis favoritas) y desde donde se accede al Patio de los Naranjos.
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Es el turno ahora de visitar el archivo de Indias, una espinita que tenía clavada desde hace años. Mis primeros 5 años en Sevilla, cuando estudiaba Periodismo, no lo había visitado. No sé si por desconocimiento o pereza pero el último año, cuando empecé retomé mis estudios de Historia del Arte, pasaba cada día delante de él para llegar a mi facultad y aún así no lo llegué a visitar. Así que esta vez no se me escapaba.
El archivo de Indias nace en 1785 con la intención de reunir en un único edificio todos los documentos que trataban los territorios de Indias, desde entonces se incorporan poco a poco nuevas instituciones como los consulados, las secretarias de Estado o la casa de contratación consiguiendo que el edificio se convierta en el principal depósito documental para estudiar la administración española en el Nuevo Mundo. Actualmente contiene más de 43.000 archivos que cuentan la historia política, social. económica, religiosa y artística desde el descubrimiento de América.
La entrada es gratuita, algo que ya invita aún más a visitarlo y, de lunes a sábado podréis recorrerlo de 9:30 a 17:00. Es un edificio de planta cuadrado con dos plantas, rodeado de columnas con cadenas. Cuando entramos, tras pasar el control de seguridad, empieza la visita. El edificio se organiza en torno a un patio. Al parecer años atrás hubieron diferentes esculturas o fuentes que lo decoraban, aunque ahora sólo se aprecia la arquitectura a base de ventanales con arcadas. Otro de los puntos fuertes de la visita es su espectacular escalera, totalmente cubierta en mármol.
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Tengo que reconocer que esta visita no llegó a gustarme al 100%, no sé si por las altas expectativas que tenía o porque no tiene demasiado que ofrecer; lo único que destaco es que el edificio es muy bonito, tanto en su exterior como en el interior, pero salvo un par de documentos y algún cuadro, no veremos cosas demasiado interesantes. Si vais a Sevilla quizás esta visita es suprimible (a no ser que tengáis especial interés o seáis amantes de la historia) y sí que podríais subir a la Giralda, pero eso es una decisión personal.
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Llega la gran visita del día (o una de las más espectaculares, especialmente si sois fans de Juego de Tronos) y nos ponemos en la cola para visitar el Real Alcázar. No quiero escribir un horario de visita, ya que dependiendo de la época del año varía un poco, por eso creo que será más útil dejar el enlace a su web pinchando aquí, donde lo encontraréis sin problema para planificar mejor vuestro viaje.
Si visitáis los Alcázares en los meses de Enero y Febrero, seguramente no encontréis demasiadas colas, el resto del año deberéis esperar como mínimo unos 45 minutos. Quizás para evitar perder tanto tiempo y pasar calor (una cola de 45 minutos en Marzo es soportable, pero en verano con el calor de Sevilla no demasiado) lo más recomendable sea comprarlas por Internet desde su página web oficial. Pinchando aquí os llevará al enlace directamente.
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Los Reales Alcázares son un conjunto de edificios construidos desde el siglo X donde encontramos una mezcla de estilos arquitectónicos como el arte islámico (que fueron sus primeros moradores) al arte mudéjar, gótico, incluso renacentista y barroco. La puerta de acceso es a través de la Puerta del León, conocida así por el azulejo sobre la puerta que muestra un león coronado con una cruz en la zarpa derecha y una banda a su alrededor con la inscripción Ad utrumque, que significa Dispuesto a todo. Este león representa la fuerza y el poder y es uno de los símbolos en los palacios y fortalezas medievales.
Os voy a ahorrar un poco de la historia del lugar, puesto que allí podréis contratar las audioguías o podéis hacer una pequeña búsqueda en Google, porque sino esta entrada sería extremadamente larga, así que lo básico que debéis saber es que cuando Fernando III llega al poder, a mitad del siglo XIV, comenzó a hacer añadidos y reformas a un antiguo alcázar musulman que se encontraba en pleno corazón de Sevilla. Desde entonces, cada nuevo gobernador iría añadiendo nuevos elementos adecuando el edificio a sus necesidades. Alfonso X, por ejemplo, levanta detro un palacio siguiendo la moda gótica, Pedro I lo ensalza hasta realizar un conjunto de más de 2200 metros cuadrados.
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Nada más entrar encontramos el Patio de la Montería, justo tras pasar los arcos almohades, de aquí destaca la fachada del palacio y la galería lateral. A mano izquierda se ubica la Sala de la Justicia y el Patio del Yeso.
Lo más conocido es el Palacio mudéjar, con el precioso Patio de las doncellas como auténtico protagonista, totalmente rodeado por arcos lobulados sobre columnas y con una alberca justo en el centro. Rodeando este patio principal vemos la Alcoba Real, el Patio de las Muñecas, con columnas y capiteles de Medina Azahara y el Salón de Embajadores y su impresionante bóveda.
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Por la zona del Palacio Gótico llegaréis a la Sala de las Bóvedas y el Salón de los Tapices, con tapices flamencos del siglo XVI. En el exterior se encuentran los famosos Jardines, que creo que son aún más grandes que los palacios.
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Las zonas más destacadas del exterior son el Estanque de Mercurio con la Galería del Grutesco, el Jardín de la Danza y el Pabellón de Carlos V. En vuestro paseo por los jardines os cruzaréis con pavos reales y patos (tened cuidado con estos últimos que tienen muy mala leche, a nosotras intentaron darnos picotazos sin ningún motivo). Pasear por esta zona es súper agradable, hay muchísimos tipos de plantas y el paseo es precioso.
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Por último visitamos los baños de doña María de Padilla, retratados también en la serie Juego de Tronos y una de las partes más bonitas gracias a los efectos lumínicos que provoca la luz sobre las bóvedas de crucería.
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¿Consejos para visitar los Reales Alcázares? Reservar dos o tres horas de vuestro día, el recinto es gigante y merece la pena visitar todo, si dedicáis menos seguro que tendréis que sacrificar alguna parte. Si váis a visitarlos en época de calor, intentad ir a primera hora o a última para evitar pasar demasiado calor y, sobre todo, sea la época que sea, id preparados con una botellita de agua.
Son las 15:30 de la tarde y aún no hemos comido, así que vamos a disfrutar de la gastronomía andaluza, que tanto me gusta y tanto echo de menos. Cerca de la Catedral hay muchos restaurantes, hay uno en particular que me gusta mucho y que suelo recomendar (además de que cada vez que voy repito), se llama Gago 6 y se encuentra en la calle Mateos Gago (la calle que hay justo frente a la Giralda y la fuente de la Plaza Virgen de los Reyes). La carta no es súper amplia pero encontraréis platos típicos como el salmorejo andaluz, los huevos revueltos o croquetas caseras. El precio es súper aceptable y tienen tanto parte interior o terraza con unas vistas inmejorables.
Desde aquí nos vamos a uno de los barrios más bonitos de toda España, si pudiera elegir un sitio concreto para vivir sería en una de las calles del barrio de Santa Cruz. Cuando dicen que Sevilla tiene algo especial, seguro que se refieren a la sensación que produce pasear por esta zona, es la parte más «sevillana» y auténtica de la ciudad, con pequeñas callejuelas y patios adornados de flores.
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El Barrio de Santa Cruz fue en sus orígenes un barrio judío, de hecho Sevilla llegó a ser la segunda comunidad hebrea de España. Actualmente es un entramado de calles estrechas, pequeñas plazas y casas con las que seguro soñaréis. Entre los puntos más conocidos de este barrio se encuentran el Patio de Banderas (justo al lado de los Reales Alcázares), la plaza de Santa Marte o la de la Santa Cruz, donde hay una iglesia con los restos de Murillo. la plaza de los Refinadores (con una escultura dedicada a Don Juan Tenorio, ya que se rumorea que fue aquí donde nació el amor entre él y doña Inés) o el conocido Callejón del Agua, junto a la muralla de los Alcázares.
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Nos ponemos rumbo a Plaza de España, paseando por la zona del hotel Alfonso XIII y la Antigua Fábrica de Tabacos y que actualmente es el Rectorado de la Universidad de Sevilla. El hotel Alfonso XIII es realmente una maravilla arquitectónica de la ciudad, fue construido por el rey Alfonso XIII para alojar a los visitantes más importantes de la Exposición Iberoamericana de 1929. Yo sólo conozco el exterior, pero si como yo sois curiosos y queréis ver algunas imágenes de su preciosa decoración pinchad aquí y preparaos para sorprenderos.
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En cuanto al Rectorado de la Universidad, sólo puedo decir que estudiar allí es un auténtico lujo. Mis primeros 5 años estudiando periodismo fueron en la Cartuja y soñaba con tener una facultad como el Rectorado, por suerte pude disfrutar también de ella al iniciar Historia del Arte. Dar clase en un lugar con tanta historia y con una arquitectura tan bonita hace que ir a clase no sea un incordio (además de que en el paseo cada día disfrutaba de la Catedral). Si tenéis la oportunidad y está abierta, no dudéis en entrar a echar un pequeño vistazo.
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La siguiente parada es Plaza de España, mi sitio preferido de toda la ciudad, aquí he pasado buenos momentos con amigos, sola, incluso tuve mi primera cita con mi chico. Sentarse en uno de sus numerosos bancos, subir las escaleras a disfrutar de las vistas o caminar cerca de la fuente los días calurosos para refrescarse un poco es incomparable gracias a la decoración y a la magnitud de la plaza. Visitar Sevilla y no venir a Plaza de España es casi un sacrilegio.
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Plaza de España es un conjunto arquitectónico unido a los jardines del parque de María Luisa, es la obra culmen de la Exposición Iberoamericana de 1929 y fue el mismo Alfonso XIII el que colocó la primera piedra y vigiló su construcción al detalle. Tiene forma semielíptica y mide unos 200 metros de diámetros, a cada lado está coronada por torres, unidas por una red de galerías.
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Otro de los detalles que más le gusta a todo el mundo es que se encuentra bordeada por un canal que puede ser navegado en barca (tanto de motor como a remos) de unos 515 metros con 4 puentes que representan los antiguos reinos de España (Castilla, León, Navarra y Aragón). Está totalmente adornada con ladrillos y azulejos de colores que muestran la diversidad cultural hispánica, cada banco está dedicado a cada provincia y muestra parte de su historia. Desde hace años ha servido de decorado para infinidad de películas, como La Guerra de las Galaxias o Lawrence de Arabia.
Justo frente a Plaza de España se encuentra el Parque María Luisa. En el año 1893 la Infanta María Luisa donó gran parte de sus jardines privados del Palacio de San Telmo a Sevilla, la Infanta estaba enamorada de la ciudad y no quería ser la única que pudiera disfrutar de ellos. En el año 1929, con la Exposición Iberoamericana, se le añaden otros jardines y se realizan obras para embellecerlos. El arquitecto decidió mezclar el estilo europeo con el islámico, creando hermosas arboledas con todo tipo de plantas, lagos artificiales, fuentes y glorietas. Pasear por este parque es una delicia, el tiempo de Sevilla suele acompañar y no es raro encontrar a grupos de personas haciendo picnics, leyendo o incluso echándose una siesta.
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Es una buena opción para llegar a la Torre del Oro y el Puente de Triana, las últimas paradas del día. La Torre del Oro es una torre almohade del siglo XIII de carácter defensivo, justo en esta zona se encontraba la entrada del puerto y aquí podían vigilar sin problema.
Y ¿por qué se la conoce como Torre del Oro? Hay dos o tres leyendas en cuanto a su nombre, la primera dice que antiguamente estaba revestida con azulejos dorados y al darle el sol parecía que era de oro. Otra de las teorías dice que en su interior se almacenaban las riquezas que traían de América.
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Para terminar el día os dejo con una de las mejores zonas para ver la puesta de sol en Sevilla, el puente de Isabel II, más conocido como Puente de Triana, que une el centro de la ciudad con el barrio sevillano del mismo nombre. Está hecho en hierro y piedra y es el puente de hierro más antiguo de España. Esta zona es preciosa, las vistas, el ambiente, la magia del lugar..
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Nos marchamos de Sevilla con un buen sabor de boca. La gente suele decir que visitar Sevilla en primavera es una maravilla, pero el otoño es otra época estupenda; poder sentarse o pasear bajo el sol (no el de verano) y con una temperatura tan agradable.
El famoso Antonio Gala escribió hace años: «Lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo. Lo peor es que puede que tengan hasta razón», y sólo os hará falta un día para enamoraros tanto como yo de ella. Obviamente esta es una pequeña sugerencia de qué hacer en un día, pero os aseguro que ni en una semana de viaje, llegarías a visitar todas las opciones que tiene para ofrecer. Espero que, si no conocéis la ciudad, os animéis a visitarla, no os arrepentiréis.
Pues esta entrada no tiene desperdicio! Ya le tengo ganas de hacer una porque soy de la provincia , pero me daba respeto.Buen trabajo 🙂
Yo viví muchos años allí y nunca había escrito de ella por lo mismo, de hecho la echo de menos a diario!!!