A menos de veinte minutos en coche de Palma se encuentra uno de mis pueblos preferidos de Mallorca. Y estoy segura que se convertirá también en uno de los vuestros cuando lo visitéis. Valldemossa.

Ya os lo decía hace unos meses, que Valldemossa es uno de los pueblos más bonitos de Mallorca. Y en cuanto la conozcáis, me daréis la razón.

Imaginadlo, un pueblo en piedra color miel, ubicado en un enclave mágico y rodeado del paisaje verde característico de la Sierra de Tramuntana. Desde hace siglos ha sido fruto de inspiración para artistas; por sus calles ha paseado Frédéric Chopin de la mano de George Sand y fue aquí donde compuso ‘Preludio de la gota de lluvia’.

Cuna de Santa Catalina Thomas, la única santa de Mallorca. Lugar de refugio de Rubén Darío, donde ocultarse de la fama y aligerar la depresión que arrastraba, años antes de morir. Aquí escribió  la novela El oro de Mallorca. Los «Recuerdos de Mallorca» de Unamuno y la tierra que amaba Azorín.

 

Os invito a recorrer conmigo Valldemossa, y a que su valle de musas os inspiren y enamoren tanto como a mí.

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ALGUNOS DATOS INTERESANTES

Idioma local

El catalán y el español (castellano)son los idiomas oficiales de la isla. En la mayoría de restaurantes y hoteles se habla inglés y alemán debido al turismo.

Distancias

25 minutos en coche del aeropuerto
20 minutos en coche de Palma
15 minutos en coche del Hospital Universitari Son Espases

Cómo llegar en transporte público.

Desde la Estación Intermodal en el centro de Palma parte el autobús 210 cada 2 horas. Tarda 30 minutos en llegar.

Dónde aparcar si vas con vehículo propio

Dentro de Valldemossa encontraréis tres parkings, además de zonas de estacionamiento en la calle con parquímetro. Aparcar en las calles del centro de Valldemossa sólo está permitido a residentes.

QUÉ VISITAR EN VALLDEMOSSA
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LA REAL CARTUJA DE VALLDEMOSSA

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Los orígenes de la Real Cartuja se remontan la Palacio del Rey Sancho I, que se utilizó como primer monasterio durante 400 años.

En el año 1835, con las desamortizaciones, el palacio fue adjudicado a un nuevo dueño y se utilizó como lugar de alojamiento, llegando a acoger a artistas como Unamuno, Rubén Darío o George Sand.
Así surge la Real Cartuja de Valldemossa.

Dentro de su enorme conjunto, destaca la iglesia, decorada con frescos del cuñado de Goya; una antigua farmacia,  colecciones de arte entre las que se encuentra una colección del Archiduque Luis Salvador y su llamativo campanario rematado con cerámica de color verde y visible ya desde el camino que lleva a Valldemossa. También alberga el Museo Fréderic Chopin.

HORARIO DE VISITAS

  • De lunes a viernes de 10:00 a 15:00 h
  • Sábados de 10:00 a 14:00 h
  • Domingos cerrado.

Podéis adquirir las entradas en su página web clicando aquí. Incluye visita al Palacio del Rey Sancho.

Cartuja de Valldemossa
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LOS JARDINES DEL REY JUAN CARLOS
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Jardines de Valldemossa
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Junto a la Cartuja se encuentra el antiguo patio del claustro; lo que actualmente conocemos como jardines del rey Juan Carlos I.

Desde aquí hay una de las imágenes más fotogénicas del campanario de la Cartuja. Fueron creados en 1960 a modo de parque rectangular con pasillos diagonales, totalmente rodeado de cipreses. Aunque esto dista de la idea inicial, ya que se proyectó como un cementerio para la propia Cartuja.

En sus jardines se encuentran los bustos de algunos de sus vecinos más importantes como el archiduque Luís Salvador de Austria, Rubén Darío o Frédérick Chopin..

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EL PALACIO DEL REY SANCHO

En la plaza de la Cartuja encontramos además el Palacio del Rey Sancho.

Aunque su fachada principal se encuentra en la Calle de Jovellanos, su acceso es a través de la plaza.
Se cree que el palacio se construyó sobre el alcázar de un antiguo señor de la zona, el árabe Mussa y por el que Valldemossa recibe su nombre (El Valle de Mussa).

Su interior concuerda con las típicas casas señoriales mallorquinas, aunque con un estilo más palaciego (que para eso estamos hablando del señor del valle). El interior dispone de un precioso patio y una sala de conciertos donde se puede disfrutar de un concierto de piano. Los horarios para disfrutar de este recital es del 1 de febrero al 31 de octubre a las 10.30h, 11.00h, 11.30, 12.15h.

El edificio era utilizado por el rey para pernoctar tras sus largas jornadas de caza. Años más tarde, su hijo Sancho I le dio un nuevo uso; era su residencia para recuperarse de una enfermedad respiratoria.

HORARIO DE VISITAS

  • De lunes a viernes de 10:00 a 15:00 h
  • Sábados de 10:00 a 14:00 h
  • Domingos cerrado.

A partir del año 1399, el rey Martín el Humano cedió este edificio a los monjes; que decidieron ampliarlo y darle un nuevo uso. Esta vez como monasterio.

El mobiliario actual no es original, aunque simula al de la época y sentiréis que habéis viajado al pasado.

La visita incluye varias estancias y la Torre dels Hostes, donde fue encarcelado Gaspar Melchor de Jovellanos, el ministro de Carlos V en el año 1801.

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MUSEO FRÉDERIC CHOPIN Y GEORGE SAND

Aunque se encuentra dentro de la Cartuja, la visita es independiente y no está incluida en el precio de la entrada.

La celda número cuatro de la Cartuja fue el lugar donde vivieron Chopin y su pareja en el año 1838. Gracias a esta estancia, George Sand escribió su famoso libro «Un invierno en Mallorca».

Y por si os lo preguntáis; sí. El piano que encontraréis perteneció a Chopin. Consiguió traerlo a Mallorca desde París y a su partida lo vendió a una familia mallorquina Canut.

 

Podéis encontrar sus horarios y precios de entrada clicando aquí.

Iglesia Valldemossa
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LA IGLESIA DE VALLDEMOSSA

De nuevo, aunque forma parte del conjunto del monasterio de la Cartuja, he creado un apartado aparte para nombrarla.

Es el edificio principal del monasterio y es de estilo neoclásico, con inspiraciones grecorromanas. Su construcción se inicia en el año 1751, cuando se amplia la primitiva Cartuja.

En 1812 se consagra y se convierte en el El edificio fue consagrado en 1812 pasando a ser el principal lugar donde acudían los monjes para la oración.

Lo más destacable de la Iglesia es su bóveda de cañón, la cúpula sobre el crucero y los frescos que encontraréis tanto en dicha cúpula como en la nave central, obra del fraile Manuel Bayeu, cuñado de Goya.

COCA DE PATATA Y HORCHATA DE ALMENDRA; EL MEJOR TENTEMPIÉ PARA RECARGAR FUERZAS

No hay nada mejor en todo el mundo que que te reconozcan por tu dulzura.

Las cocas de patata del forn de Ca’n Molinas son un símbolo de la ciudad. Con más de 100 años a sus espaldas (los cumplieron en 2020), su secreto no es otro que continuar con la tradición y mantener la misma receta que hace un siglo, a base de huevos, azúcar, manteca, harina y patata.

Ya sea en verano con una granizada de horchata de almendras o en invierno acompañada de un chocolate caliente, una coca de patata en Ca’n Molinas es la mejor gasolina para seguir con nuestra visita.

Poder disfrutar de la tranquilidad valldemossina en su terraza interior es todo un lujo y seguro que os lleváis alguna para disfrutar después.

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EL MIRADOR DE SA MIRANDA DELS LLEDONERS

Como buen pueblo de la Tramuntana, las vistas son impresionantes.

Si nos acercamos a la calle Jovellanos, llegaremos a la Plaza Rubén Darío; si la cruzamos la puerta de piedra podremos disfrutar del mirador de Miranda des Lledoners.

Desde aquí hay unas vistas panorámicas preciosas de la zona baja del pueblo, en especial de la iglesia de Sant Bartomeu. Además hay un par de restaurantes por si os apetece beber o comer algo (aunque algo más abajo os recomiendo mi lugar preferido para comer).

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LA IGLESIA DE SANT BARTOMEU

En la Plaza de de Iglesia, o Plaza de Santa Catalina Thomas, se encuentra la principal iglesia de Valldemossa. Dedicada en esta ocasión a su patrón, San Bartomeu.

Es un edificio del siglo XIII, concretamente del año 1235; construido tras la reconquista a modo de punto de inicio de lo que actualmente es este pueblo. Con Sant Bartomeu nace el núcleo urbano, el centro cultural y político de la comunidad cristiana de Valldemossa.

Aunque en sus orígenes era conocida como la iglesia de Santa María, el Papa Inocencio IV cambió su nombre por el original.

Es una iglesia de estilo gótico, aunque ha sufrido cambios posteriores como el campanario neogótico del siglo XX.

En su interior destaca la capilla dedicada a Santa Catalina Tomás, muy querida por el pueblo.

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Mallorca es conocida por sus playas infinitas de arena blanca y calas de agua cristalina. Pero más allá de lo conocido por todos, Mallorca atesora pequeños pueblos que enamorarán a todo aquel que los visite.

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CASA NATAL DE SANTA CATALINA THOMAS

Los valldemossinos están muy orgullosos de que su pueblo sea el lugar de nacimiento de la única santa de toda la isla.

Quizás por eso, la Calle de la Rectoría (donde se encuentra su casa) es una de las más bonitas y cuidadas. Está adornada con macetas y numerosas flores, además de azulejos hechos y pintados a mano contando su vida. Estos azulejos se encuentran en la entrada de todas las casas de Valldemossa.

Pues bien, en el número 5 de esta pequeña calle, nació Santa Catalina el 1 de mayo de 1531. Su casa actualmente es una capilla que se puede visitar de manera gratuita.

RECORRIENDO VALLDEMOSSA EN IMÁGENES
DÓNDE COMER EN VALLDEMOSSA

En pleno corazón de Valldemossa se encuentra el espíritu payés hecho restaurante.
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Quitapenas es el nombre con el que sus propietarios han decidido bautizar a este restaurante. Y os aseguro que ha sido todo un acierto.

Con un claro objetivo y una cocina sencilla y sin pretensiones, este restaurante recupera la tradición del pamboli. Aquí se viene a disfrutar comiendo, a la antigua usanza ¡y con las manos!.

El local es una antigua casa de más de 100 años, en la que se ha respetado su esencia para que la experiencia local sea mucho más auténtica. Vigas de madera, piedra payesa, azulejos antiguos e infinidad de objetos tradicionales que nos recuerdan a nuestras abuelas. Además de su acogedora terraza, donde disfrutaréis de un almuerzo de último momento en pareja, con amigos o con la familia, como marca la tradición.

Su cocina es de raíces y muy honesta. Es la tradición y el producto más auténtico mallorquín para ofrecer platos para el recuerdo.
Con poco espacio para la innovación, ya que no les hace falta; pero con un sabor de verdad. De los que te hacen viajar al pasado.

Su carta es sencilla, pero más que suficiente. Tablas de pamboli con sobrasada mallorquina con higos secos, camallot, queso mahonés y fuet; además de una oferta vegetariana que quita el sentío (como decimos en Andalucía) y que se puede combinar sin problema.
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Quitapenas Valldemossa

Ante esto sólo me queda decirte: ¡No te marches de Valldemossa sin quitarte las penas!

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ALGUNOS RESTAURANTES MÁS:
  • Ca’n Costa: Orgullosos de su pasado y su historia, este restaurante ofrece su comida junto un molino de aceite en perfecto estado. Son parte de la historia de Valldemossa y esa es su carta de presentación. Cuando la tradición te respalda, el resto pasa a un segundo plano.
    Su carta se cocina a fuego lento; recuperando antiguas recetas y mejorándolas con los vinos de su bodega (otro tesoro que guardan en sus paredes). Son especialistas en carne a la parrilla, aunque no se quedan atrás con los arroces.
  • Aromas: En pleno centro, en el número 24 de la calle de la Rosa se encuentra este precioso restaurante. Como casi todos los restaurantes de la zona, era una antigua casa malloquina remodelada pero con todos los detalles de antaño. Su cocina es muy mediterránea, con productos típicos (tienen su propio huerto), tapas y tablas de embutidos.
    Su terraza interior es perfecta para reponer fuerzas y recargar energías.
  • Es Taller: Quién podría adivinar que este precioso restaurante era un antiguo taller mecánico. Su chef, Nicolás Gago Aubert es muy reconocido y querido por sus vecinos; pero es su menú lo que los ha terminado de conquistar.
    Su carta mezcla la tradición con platos internacionales entre los que destaca el pad thai o el ceviche de atún. Si necesitáis un cambio de aceite (de oliva, por supuesto) o una buena amortiguación, este lugar os encantará. (Eso sí, ¡reservad primero!)
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PERDERSE POR SUS CALLES

Para mi, lo más bonito de Valldemossa son sus calles.

No sé si es el hecho de estar totalmente empedradas, la decoración de sus casas con azulejos pintados a mano en el lateral de la puerta o la cantidad de flores y plantas; sea lo que sea.. las calles de Valldemossa son preciosas.

Tienen la magia de transportarte a un pasado no muy lejano, a cuando nuestros abuelos jugaban en estos mismos rincones, y este sentimiento genera una paz y una calma difíciles de igualar.

Algunas de mis favoritas son la calle del Rey Sancho, el passatge de la Amargura, la calle de Nicolau Calafat o el Carrer de la Rosa (si os gustan las compras).

 

Mi recomendación es que os perdáis, que paseéis y disfrutéis cada pequeño detalle; cada rincón. Lo mejor de estos lugares es deleitarse con la tranquilidad sin artificios de la vida de pueblo. Aunque parezca pequeña, Valldemossa tiene varias boutiques y locales con productos artesanales, varios cafés donde contemplar la vida pasar y senderos costeros y de montaña para disfrutar de la naturaleza.

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Callejeando podréis encontrar los rentadors, que son los lavaderos donde las mujeres del pueblo lavaban su ropa; el molinet de la beata que es ni más ni menos que el antiguo molino desde donde Santa Catalina Thomas rezaba. Se encuentra cerca de su capilla y dicen que desde aquí escuchaba la misa de la Catedral de Palma.

Sin entrar en su capacidad auditiva, el molino es del año 1761 y, aunque únicamente se conserva la torre, es patrimonio del pueblo.

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COSTA NORD

Si os gusta el arte contemporáneo, en Valldemossa encontraréis el centro cultural Costa Nord. Fue fundado por el actor Michael Douglas en la finca S’Estaca.

Se encuentra en la carreera que conecta Valldemossa con Sóller (acercándonos a Deiá). Se creó como proyecto cultural para mostrar la figura del archiduque Luis Salvador.
El lugar fue diseñado por Dani Freixes, un arquitecto especializado en montajes de exposiciones y museos; y en sus instalaciones, entre otras cosas, se mostraba un documental protagonizado por el propio actor.

QUÉ PLANES OFRECE VALLDEMOSSA

Festes de la Beata

El 28 de julio es el día grande de Valldemossa, donde su querida Santa Catalina Thomàs es honrada. Es la fiesta más importante y esperada por los valldemossins.
En honor de Santa Catalina se celebran pasacalles, bailes como el tradicional bolero mallorquín o la «Procesión de la Beateta» donde se cantan canciones como «Sor Tomasseta»

El mercado dominical

Todos los domingos podréis disfrutar del mercado de Vlldemosa, donde comprar frutas y verduras, flores o artesanías. Su horario es de 9:00 a 15:00; y es uno de los atractivos del fin de semana.

El Festival Chopin

De nuevo los domingos, aunque sólo del mes de agosto, Valldemossa rinde un homenaje a su famoso invitado Chopin. Para rememorar su estancia en el Monasterio, músicos internacionales ofrecen conciertos nocturnos con grandes recitales de piano. Una gozada para terminar la semana.

Festes de Sant Bartomeu

Es la segunda fiesta más importante del pueblo, ya que Bartomeu es el patrón de Valldemossa. Se celebran en el mes de agosto y tienen lugar conciertos y actuaciones en los claustros de la Real Cartuja.

EL PORT DE VALLDEMOSSA

A tan solo 15 minutos en coche de Valldemossa se encuentra un pintoresco y pequeño puerto. Tan sólo hay que tomar la  sinuosa carretera en forma de horquilla que viene de Palma y dejar a nuestra derecha el desvío a Deiá. En pocos minutos encontraremos otro desvío, de nuevo a la derecha, con las indicaciones para llegar sin problema.

Ya veréis que el paisaje es impresionante y que mejora según avanzamos y descendemos por la montaña en dirección al mar. Naturaleza en estado puro, incluso puede que os crucéis con alguna que otra cabra.

Para los amantes del ciclismo y los excursionistas es una zona muy atractiva gracias a un desnivel de 400 metros en una distancia de 6 kilómetros.

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Como veis, únicamente hacen falta unos minutos para entender por qué es uno de los pueblos más bonitos y más visitados de la isla.

Un lugar perfecto para relajarse e inspirarse; para conectar con el pasado pero manteniendo los pies en el presente.

Si viajáis a Mallorca, no podéis perderos Valldemossa; su atemporalidad y sencillez os enamorarán para siempre.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

 

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