En Andalucía tiras una piedra al aire y te salen mil planes culturales súper interesantes.
Ese es el caso de Cástulo, un lugar cerca de Linares, en Jaén donde se pueden ver los restos de una importante ciudad primero íbera y más tarde romana. Un yacimiento espectacular que, junto al paisaje y el entorno natural, nos ayuda a entender por qué nuestros antepasados adoraban Andalucía.
Si os apasiona la arqueología o las culturas íberas o romanas, esta es vuestra visita. Una de las ciudades más importantes de la era romana que ha vuelto a la vida gracias al trabajo de los arqueólogos.
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¿COMENZAMOS?
Que Cástulo es uno de los grandes tesoros de Andalucía es algo que no todos sabemos, pero que sólo hará falta una visita para confirmarlo.
Incluso la revista National Geographic la incluyó en su listado de los yacimientos arqueológicos más importantes de España.
La ciudad íbero-romana, que se encuentra a sólo cinco kilómetros de Linares, destaca por los restos de sus magníficas villas decoradas con mosaicos espectaculares que son la joya de la corona de la visita a Cástulo.
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HORARIOS DE VISITA
- Del 16 de septiembre al 1 de abril: de martes a sábado, de 09:00 a 18:30. Domingos y festivos de 10:00 a 17:00. Lunes: cerrado.
- Del 1 de abril al 31 de mayo: de martes a sábado, de 09:00 a 20:00. Domingos y festivos: de 10:00 a 17:00. Lunes: cerrado.
- Del 1 de junio al 15 de septiembre: de martes a sábado, de 09:00 a 15:30. Domingos y festivos: de 10:00 a 17:00. Lunes: cerrado.
La entrada es gratuita para los ciudadanos de la Comunidad Europea. Para los no europeos, cuesta únicamente 1,50€.
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Y ahora sí, comenzamos la visita.
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CENTRO DE RECEPCIÓN DE VISITANTES
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Nada más llegar a Cástulo, nos recibe el Centro de Recepción de Visitantes; ubicado a las afueras de la ciudad.
Es una buena primera toma de contacto ya que aquí podremos conocer detalles de la historia de Cástulo y conocer más sobre la Segunda Guerra Púnica.
A través de una exposición y un soporte audiovisual, nuestra visita empieza a crear una historia que nos envuelve y nos muestra los diferentes hitos arqueológicos excavados desde mediados del siglo XX hasta la actualidad.
Además, los trabajadores son muy majos y os responderán cualquier duda que tengáis tanto sobre la historia de Cástulo como sobre el recinto.
PD: El parking es gratuito.
NECRÓPOLIS DE LA PUERTA NORTE
La visita comienza con varias tumbas, íberas y romanas, fechadas entre los siglos IV a.C y V d.C respectivamente. Estas pertenecer a la necrópolis de la Puerta Norte.
Durante más de 1000 años fue una de las necrópolis más importantes de Cástulo, llegando a ocupar más de 50.000 metros cuadrados.
Deberemos caminar hacia el sur para encontrar las laderas donde se asentaban las murallas de la ciudad y la gran meseta donde se encontraba el núcleo urbano de Cástulo.
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LA ACROPOLIS
En la meseta oeste se encuentra la Acrópolis.
Aquí se encontraban los edificios más importantes de la ciudad, tal y como ocurre en roma o en Mérida. El teatro se ubicaba en esta zona, al igual que las cisternas de agua, que servían de agua corriente a las fuentes y edificios públicos.
Aquí también veremos los restos de un santuario que se encontraría sobre una torre construida por el ejército cartaginés. Esta torre es un monumento defensivo que además servía como símbolo para imponer su dominio en el territorio. Es raro que un elemento defensivo se encuentre en un lugar sagrado, pero quizás esto le añadía más importancia.
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LA CIUDAD BAJA
Al suroeste del conjunto, se encontraron restos de dos edificios muy singulares e importantes.
El primero era un edificio público dedicado al culto de Domiciano. Aunque años después de su construcción fue demolido por una condena de la memoria o damnatio memoriae a finales del siglo I d.C.
¿Y qué es esto? Una práctica de la antigua Roma consistente en eliminar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte.
El segundo edificio, del siglo IV d.C estaba dedicado al culto cristiano. De hecho aún conservaba una pila bautismal por inmersión y un hallazgo del que ahora hablaremos.
Pues bien, en el primer edificio encontramos el reclamo principal de Cástulo; un auténtico tesoro no sólo por su belleza sino también por su increíble estado de conservación.
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Nos encontramos en el siglo I. Concretamente en el día 18 de septiembre del año 96 de nuestra era.
El emperador Domiciano, el último flavio en cuyo honor se había levantado el edificio donde se encuentra el mosaico, es apuñalado en una intriga cortesana. El nuevo emperador, Nerva toma el poder. Inmediatamente el Senado en una decisión drástica: la damnatio memoriae. Es así como todas las monedas de Domiciano fueron fundidas, se borra su nombre de los registros públicos y se destruye todo lo relacionado con él. Incluso su edificio en Cástulo.
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Una historia triste para alguien que ha muerto asesinado, ¿verdad?
Pero es gracias a esto que el mosaico se encuentra en tan buen estado. Al parecer, tras esta maldición sobre Domiciano, desmontaron la techumbre del edificio, y se demolió uno de los muros de la sala del mosaico. El muro cayó sobre el suelo, y protegió el mosaico durante siglos.
El olvido inunda Cástulo a lo largo de 1.500 años, hasta que Úbeda y Baeza emergen. No por razones culturales o ansias arqueológicos. Las ciudades están en construcción y se necesitan piedras, columnas y capiteles para sus palacios de inspiración clásica.
Esto se lleva haciendo desde tiempos de Egipto y aquí no van a ser menos. Y claro, Cástulo está a tiro de piedra, por lo que comienzan a desnudar de elementos la ciudad maldita y olvidada.
MOSAICO DE LOS AMORES
Ahora sí, después de esta lección de historia vamos a ver las maravillas que componen este mosaico. Y para hacerlo más espectacular iremos de menos a más.
El pavimento de la sala está enmarcado por una orla en blanco y negro de aves y plantas acuáticas. Las aves están picoteando o levantando una de sus patas y alguna de ellas volviendo la cabeza hacia atrás. Todo con teselas en tonos blancos negros y ocres creando además figuras geométricas.
El emblema está enmarcado por tres orlas. La exterior, formada por un filete denticulado. La siguiente con un sogueado de tres cabos sobre fondo oscuro y la más interna, formada por un par de filetes denticulados que produce un efecto de “cremallera”.
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- En el centro encontramos dos círculos centrales, rodeados por seis lunetas (dos en cada uno de los lados largos y una en los cortos).
- Las esquinas representan las estaciones a modo de personas, con su iconografía y atributos característicos.
- En las lunetas de los lados más largos representan a cuatro cupidos o Erotes, con cuerpos regordetes y en movimiento a punto de atrapar varias aves.
- Las lunetas de los lados más cortos muestran dos Erotes que acaban de atrapar una liebre a la que agarran por las patas traseras.
- En los huecos entre los círculos aparecen animales como el jabalí, un león, un caballo, una tigresa, ciervo y una leona.
En los círculos centrales encontramos dos temáticas:
- El juicio de Paris: Vemos representadas a Afrodita, junto a Hera y Atenea en la parte superior y a Hermes con caduceo y Paris sentado en la roca sosteniendo la manzana de oro en su mano derecha.
- El mito de Selena y Endimión, en el que se muestra a la diosa, que acaba de bajar de un carro tirado por dos corceles, acercándose al pastor dormido.
Si queréis saber más del tema, os recomiendo que leáis este blog donde explica todo al detalle y el que yo he consultado para escribir la información relativa al mosaico.
MOSAICO DE LOS OCTÓGONOS
Si en 2012 se anunciaba el descubrimiento del Mosaico de los Amores, sólo un año después llegaba una nueva noticia sobre Cástulo.
Este mosaico está realizado con teselas amarillas, negras, rosas y azules formando figuras geométricas, en concreto cuatro octógonos y dibujos concéntricos como las ruedas de un carro.
MURALLA NORTE
La muralla rodeaba por completo la meseta donde se encuentra la antigua ciudad de Cástulo. El total de la muralla era de más de 3 kilómetros y medio.
Fue aquí donde se encontró la famosa escultura del león que se encuentra en el museo de Linares.
CASTILLO DE SANTA EUFEMIA
Al sur de la meseta se encuentran los vestigios de las últimas construcciones realizadas en Cástulo.
Es el caso de la torre almohade del Castillo de Santa Eufemia. La fortaleza estaba protegida por unas imponentes laderas y un foso en el frente norte. Este fue el último reducto de las tropas musulmanas antes de la conquista cristiana en el siglo XIII.
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Desde aquí las vistas son muy bonitas ya que se puede contemplar el paisaje y la ribera del río Guadalimar, en el que se encontraba el último puerto del río Betis, Cástulo.
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Termino la visita con esta imagen que, aunque no muestra la ciudad de Cástulo, si el impresionante paisaje que la rodea y con una reflexión.
En muchas ocasiones, al viajar, elegimos destinos lejanos (yo la primera) y damos por sentado que será mucho mejor que viajar dentro de nuestro propio país.
Soy jiennense y, a pesar de tener Cástulo a 45 minutos en coche de mi hogar cuando era pequeña, jamás me había planteado organizar una visita y conocerlo a fondo. Muchas veces nos perdemos maravillas por infravalorar el turismo de nuestro país, de nuestra comunidad autónoma o de nuestra provincia.
Hacer turismo «en casa» es un lujo. Descubrir todo lo que tiene por ofrecer tu tierra es un viaje de ida sin retorno. Yo estoy deseando descubrir el resto de tesoros que se ocultan en Jaén y espero que me acompañéis a seguir descubriéndolos.
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Nos vemos en la próxima entrada.