Cuando por fin abren terminan de convencernos, el precio era mucho más barato y ofertan excursiones que el resto no, además de ser la única que nos garantizaba agua caliente para ducharnos. Sé que puede parecer una tontería con el calor y la humedad, pero yo necesito agua caliente aunque la temperatura sea de 40º, no soy capaz de ducharme con agua fría y la idea inicial de pasar 3 días sin agua caliente no me seducía demasiado, así que en cuanto dijeron que tendríamos duchas calentitas el cielo se abrió ante mis ojos.

Nos dicen que en media hora vendrán a recogernos, así que aprovechamos este tiempo para comprar algo de comer (unas galletas para llevarnos a la selva) y unos ponchos para la lluvia, ha empezado a llover y la previsión en la selva no es mucho mejor, todo por 15 soles. También nos acercamos a una farmacia a comprar vitamina B, ya que la recomiendan para evitar las picaduras de los mosquitos, pero finalmente no la compramos porque querían cobrarnos demasiado por algunas pastillas sueltas y decidimos arriesgarnos.

Cuando volvemos ya se han llevado nuestras maletas y faltan pocos minutos para marcharnos, minutos en los que conversamos por primera vez con Eddie, un chico estadounidense con raíces chinas, de 22 años que estaba recorriendo toda Latino américa antes de empezar a trabajar. A sus espaldas ya llevaba Colombia, Ecuador y Perú y le esperaba un largo viaje donde descubriría Bolivia, Chile, Argentina y Brasil.

 

Después de esta breve charla inicial, vienen a recogernos y nos acercamos caminando al embarcadero desde donde saldrá nuestra barca que nos llevará al Lodge. En el camino pudimos disfrutar las vistas del Puente Continental, que cruza el río Madre de Dios permitiendo la unión de Perú con Brasil; además este puente es el más largo de todo Perú con 722 metros de largo. En la barca conocemos a más gente, algunos que iban únicamente a pasar el día en el Lago Sandoval y a otros que, como nosotros, pasarían algo más de tiempo, como era el caso de Tatiana y su chico, dos limeños que habían cruzado el país para conocer la selva.

Nada más llegar nos organizan en grupos con los que haremos las excursiones. Las habitaciones aún no están disponibles así que nos cambiamos en los baños, nos rociamos con anti mosquitos y nos calzamos unas botas de agua que nos ceden para nuestra primera excursión y que debemos conservar hasta nuestro último día ya que haremos una ruta caminando por la zona en busca de insectos, pájaros y demás habitantes de la selva y al haber llovido las necesitaremos.  

Empezamos la visita conociendo la flora del lugar; por ejemplo, en esta parte de la selva se encuentran los árboles que caminan (en la primera foto) que van moviendo sus raíces y desplazándose en busca del sol, caobas con unas raíces gigantescas y una vegetación inmensa.

 

En nuestro recorrido encontramos también gran variedad de insectos, fundamentalmente arañas con sus telarañas perfectamente tejidas, algunas ranas y moluscos.

 

Empiezan a caer algunas gotas y se acerca la hora de comer, por lo que ponemos rumbo de vuelta al Lodge donde ya tenemos las habitaciones listas, así que nos acomodamos, nos damos una ducha y nos acercamos al comedor hasta que esté listo el almuerzo. Es en este momento cuando conocemos a Aida, una actriz convertida a escritora de micro cuentos que empezó sola su viaje en Perú para llegar a Brasil, donde esperaba encontrar ese algo que necesitaba su vida y donde seguro está disfrutando.  

Comemos (siento no tener fotos de las comidas, pero estos días en la selva los aprovechamos para desconectar mucho, conocer a mucha gente y disfrutar de la naturaleza e hicimos pocas fotografías), todos los días había dos platos y postres, además de una oferta vegetariana para los que, como yo, no coméis carne.

 

Cuando terminamos descansamos unos 15 minutos porque empieza nuestra segunda excursión del día, iremos en kayak hasta la isla de los monos, donde tenemos una ruta para intentar encontrar alguno de estos primates. Antes de nada y si pensáis ir a la selva, debéis saber algo que ya os dije en la entrada del Cañón del Colca. La selva no es un zoológico, por tanto la posibilidad de encontrar animales no está 100% garantizada y dependerá mucho de que ellos quieran mostrarse, del tiempo que haga y de lo respetuosos que seamos con el medio ambiente. La excursión empieza con una caminata de unos 15 o 20 minutos a una zona donde normalmente se encuentran los monos, pero esta vez no tenemos suerte, así que seguimos caminando. Durante toda la ruta no pudimos apreciar monos y, cuando ya lo dábamos todo por perdido, justo antes de irnos se empieza a escuchar un ruido que nos hace pensar que nuestra suerte está cambiando. Nos paramos, todos muy quietos y en silencio y, cuando miramos a los árboles, ahí está, por fin se deja ver.  

 

Chico, el mono jefe de la manada, venía a conocernos. Nuestro guía le ofrece una galleta de maca que justo nosotros llevábamos y poco a poco se acerca a cogerla y se la lleva a la parte superior del árbol para comérsela tranquilo.

..

..

Volvemos, aunque esta vez no haciendo kayak, sino en la barca motorizada y aprovechamos estos momentos para descansar en las hamacas que hay por todo el Lodge y para darnos una ducha. La humedad que hay en el ambiente es altísima y te hace tener la sensación de no estar limpio por muchas duchas que te des.

Algo que se me ha olvidado no comentar, sino hacer hincapié, es en el tema del repelente anti mosquitos. Cuando consultas en España, la única vacuna realmente obligatoria es la de la Fiebre Amarilla y te dicen que debes estar atento si hay síntomas de Malaria para empezar a tomar malarone, es por ello que es muy importante protegerse bien de los mosquitos y sus picaduras. En la mayoría de blogs leeréis que es mejor comprar el repelente en la selva porque se supone que serán mejores. Desde mi experiencia os recomiendo totalmente lo contrario, nosotros llevábamos un repelente comprado en España, Cusitrín (pinchando sobre el nombre os llevará a la fotografía, por si queréis comprarlo) que es el que usábamos normalmente, pero en una ocasión nos prestaron el comprado allí y a nosotros no nos sirvió de nada. Con el nuestro apenas se acercaban los mosquitos y con el repelente peruano seguían acercándose e intentando picar.  Además, con nuestro súper repelente conseguimos que a Nacho apenas le picasen y en mi caso, aunque normalmente los mosquitos me acribillan, no me picaron ni una sola vez. Otra recomendación es evitar las colonias y perfumes y vestir con ropa clara de algodón y manga larga, para evitar exponer nuestra piel.

..

 

..

La cena ya está lista y cuando terminamos hacemos una excursión que nos hace mucha ilusión, iremos en busca de caimanes en la oscuridad de la noche. Durante todo el recorrido apenas vemos nada, pero ya casi al final por fin podemos ver a un pequeño caimán blanco a menos de dos metros de nosotros. En esta excursión es necesario estar en absoluto silencio; Yari, nuestro guía iba alumbrando con una linterna en busca de los caimanes, una vez localizado nos acercamos (todo sin hacer ni un ruido, para evitar espantarlos) hasta estar lo suficientemente cerca para poder fotografiarlos.

..

..

Volvemos de nuevo al complejo, donde nos dan instrucciones de nuestras excursiones del próximo día y nos quedamos charlando con la gente, contándonos nuestras rutas y dándonos consejos para nuestros siguientes destinos y sobre todo, conociéndonos entre todos. Estábamos reunidos gente de casi todos los continentes y no podemos evitar hacernos preguntas sobre nuestras vidas.

Cuando nos avisan de que cortarán la luz en unos minutos, volvemos a las habitaciones y es cuando vivimos uno de los momentos más surrealistas del viaje pero que hoy al recordar me hacer reír como en ese momento. Nos acostamos y, con todo a oscuras, los sonidos de la selva parecen magnificarse. Yo, que iba un poco sugestionada tras leer la experiencia de Callejeando por el mundo al encontrarse una rata en su bungalow, pensaba que podría pasarnos lo mismo. De pronto se oye a un animal como arañando una tela y pensé: «Vale, nos ha pasado, me he dejado la maleta abierta con las galletas y los tés y está intentando comérselas«.

Le pido a Nacho que salga a mirar, que hay un animal en nuestra habitación y que tengo miedo y me dice que ni loco. Empezamos a alumbrar con el flash del móvil pero, al tener la mosquitera, no vemos nada así que suplico a Nacho una y otra vez que salga a mirar, aunque no está muy de acuerdo. Finalmente sale, pero como estamos a oscuras no se ve nada y vuelve a la cama «enfadado» conmigo y con mi mieditis. Total, que en una de estas regañinas, levanta la almohada y se le cae el reloj y, en la oscuridad de la noche, aparta corriendo la mano porque no sabía que era y yo, que ni había visto nada ni había sentido nada, empiezo a gritar pensando que tenemos una serpiente en la cama.

Imaginad la situación: todo el complejo en silencio y a oscuras intentando dormir y yo gritando. Obviamente al día siguiente todos se reían de mis gritos y más aún al saber que no había nada. Finalmente conseguimos dormir, aunque creo que fue por tanto cansancio y no por la tranquilidad de que no hubiese nada en nuestro cuarto. Al día siguiente nos esperaban más excursiones y muchas más emociones y queremos disfrutarlas, así que ¡buenas noches!

Llega un nuevo día y toca cambiar la civilización y la historia inca por algo mucho más salvaje y exótico.

Hoy llegaremos a Puerto Maldonado y a la selva; donde cruzaremos el Madre de Dios en barca, veremos de cerca monos y caimanes y dormiremos bajo mosquiteras. Desde este punto, nuestro viaje a Perú cambia de fondo totalmente. Atrás quedan los paisajes desiertos y las ciudades coloniales. Ahora el verde es el protagonista.

Llegamos a Puerto Maldonado casi a las 8 de la mañana. Sin nada reservado, ni una indicación de qué hacer una vez llegara ya que pensé que en la estación de autobuses encontraría todo lo que necesitaría.

Mi sorpresa fue cuando veo que todas las taquillas estaban cerradas y no había nadie en la estación salvo los pasajeros que acabábamos de llegar.

¡Que no cunda el pánico!

Entro a los baños para cambiarme; a diferencia de Cuzco, donde hacía una temperatura seca y fresca, en Puerto Maldonado hay una humedad casi agobiante y temperaturas altas.

Me rocío también de repelente de mosquitos porque, sin estar en la selva aún, ya empiezan a acercarse con intención de picar y vuelvo a salir esperando que ya haya alguna taquilla abierta, pero nada de nada.
Empiezo a preguntar a algunos de los viajeros y me dicen que van a un hotel en la ciudad y no en la selva; así que salgo a la calle buscando un taxi que me oriente.

Y ¡bingo!, uno de los taxistas dice que me acerca a su agencia de viajes donde me darán presupuesto para mi estancia en la selva.

BUSCANDO ESTANCIA EN LA SELVA

Llego a la avenida León Velarde, por 5 soles.

Aquí se encuentran varias agencias; por lo que podréis consultar precios y opciones sin problema. Las 3 primeras agencias no terminan de convencerme, en algunas el precio es elevadísimo y en otras me ofrecen menos excursiones de las que esperaba.
Decido esperar a que abra Yakari Eco Lodge; que aún seguía cerrada y que, pese a no saber qué ofrecerían, es la que más me convencía. Ya había leído sobre ellos en otros blogs y sus experiencias eran positivas.

Cuando por fin abren terminan de convencerme.

El precio es mucho más barato y ofertan excursiones que el resto no; además de ser la única que garantizaba agua caliente para las duchas. Sé que puede parecer una tontería con el calor y la humedad, pero yo necesito agua caliente aunque la temperatura sea de 40º; no soy capaz de ducharme con agua fría y la idea inicial de pasar 3 días sin agua caliente no me seducía demasiado. 🙂

3 Comments
  1. Hola! He leído tus etapas por Perú y nos han servido para organizar nuestro próximo viaje en mayo, nos hemos apuntado muchas reseñas! Quería hacerte una pregunta por el tour en Puerto Maldonado, recomiendas Yakari Eco Logde? Si no es imprudente, cuanto fue el importe del tour por persona? Estamos dudando entre contratarlo desde aquí o hacerlo como ustedes allí, no se si la diferencia económica es tanta.
    Ante todo muchas gracias y un gusto leerte!

    1. Hola! Muchas gracias por leerme y me alegro de que te haya servido para tu viaje, lo vas a disfrutar muchísimo. Perú es increíble. A ver, mi experiencia en Yakari Eco Lodge fue muy buena, pero tampoco sabría decirte si es el mejor ya que no puedo comparar con otros, pero a nosotros nos gustó mucho; las habitaciones están muy bien, es el único con agua caliente para ducharse, las comidas que sirven están muy buenas y los chicos que trabajan allí son excelentes, de hecho en una de las excursiones empecé a encontrarme mal porque iba con una infección de estómago enorme, y me llevaron de vuelta al lodge a mi sola (sin importar el gasto extra de gasolina que eso supone) y estuvieron muy atentos a cómo me encontraba. Así que sí que lo recomendaría. En cuanto al precio, iba a escribirlo en una entrada con el presupuesto, así que ¡de imprudencia nada!, a nosotros nos costó 852 soles a los dos en total (con comidas y desplazamiento al aeropuerto incluidos), pero debes tener en cuenta que era temporada baja y por eso era más barato.

      No sé si recomendarte que lo cojas antes o en el momento, por el hecho de ser temporada alta cuando vosotros vais y pueda haber menos disponibilidad. Pregúntales y que te den presupuesto y así decidís, y si finalmente os decidís con ellos pedidles que os recojan también, así ahorraréis ese trayecto.

      Espero haberte servido de ayuda, y si tienes alguna duda más, ¡no dudes en preguntarme! y sobre todo, disfrutad mucho el viaje, ¡os va a encantar! Un saludo.

      1. Muchas gracias por contestar! Seguiremos tus consejos y vamos a pedir presupuestos y comparamos.Un saludo y muchos viajes 😉

Leave a Reply

Your email address will not be published.

A %d blogueros les gusta esto: