Para qué lo vamos a negar.

Los más «egiptólogos» del grupo llevábamos bastante tiempo soñando con este momento e imaginando cómo hubiera sido visitarlo en época del antiguo Egipto.

Una de las visitas más esperadas en cualquier viaje a Egipto (junto con las pirámides de Giza) es Abu Simbel. Si Egipto tuviese nombre de faraón, ese sería Ramsés II. Seguro que al mencionar su nombre, vendrán a vuestra mente imágenes de grandes templos egipcios, de batallas históricas y de historias de amor con reinas de una belleza sin igual.

Todo eso y mucho más fue la vida de este gran faraón, que dedicó su reinado a la expansión militar y a construir desde el delta del Nilo hasta la frontera con Nubia grandes templos y palacios de una belleza sin igual.

El día se completa con los templos de Philae y Kom Ombo. ¿Empezamos a visitarlos?

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Antes de empezar a escribir me gustaría señalar que, aunque me encantaría contaros con detalle cada jeroglífico, escultura o columna que veremos en los templos; soy consciente de que hay miles de blogs que ya lo han hecho antes y de que este post se haría eterno.

Es por ello que me centraré en lo más importante y en nuestra experiencia y os dejaré los enlaces donde explican mucho mejor cada templo o aquellos que tienen información que os pueda gustar. 🙂

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El despertador suena a las 2:30 de la mañana.

Tenemos media hora para vestirnos y presentarnos en el hall del crucero. Aunque nuestras caras reflejan cansancio, también muestran emoción por lo que está por llegar en unas horas.

Si hay un faraón mundialmente conocido, ese es Ramsés II y hoy visitaremos la parte más monumental de su legado arqueológico.

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CÓMO LLEGAR A ABU SIMBEL DESDE ASUÁN
  • Por agencia: Normalmente este tipo de excursiones se suelen contratar con agencias como Civitatis, que se encargan de recogerte en tu hotel/barco y te acercan en un autobús al complejo. Suele visitarse en grupos de unas 30 personas.
  • Con el crucero: Al contratar el crucero, tenemos la opción de hacerlo con la excursión a Abu Simbel incluida. Ellos se encargan de llevarte en autobús (incluso te dan un desayuno tipo picnic para el camino). Igualmente se visita en grupos grandes.
  • Por libre: Es la opción para la gente a la que no les gustan las excursiones organizadas. Se puede hacer con guía privado o con autobús local. Este sale desde la estación de autobuses de Asuán a las 8:00 y tarda 4 horas en llegar. Es obligatorio llevar el pasaporte.
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El autobús tarda algo más de 3 horas en llegar.

Un trayecto en el que intentamos dormir (no con mucho éxito ya que el autobús no es lo más cómodo y porque hace bastante frío). Al aparcar el bus, nos damos cuenta de que somos de los primeros en llegar. Esperamos a que nos den las entradas y alguna explicación sobre el lugar y nos dirigimos a los templos.

Ese camino silencioso que te lleva al momento más importante de nuestro viaje..

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ABU SIMBEL

Sin duda es uno de los momentos más mágicos del viaje.

Llegar a primera hora, ver salir el sol de un intenso rojo iluminando los templos aún vacíos y cerrados es un sueño. El mismo sol que adoraban los antiguos egipcios nos acompaña en nuestra visita de hoy.  Después de tantas horas de autobús, Abu Simbel es una bocanada de aire fresco.

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CONSEJOS PARA VISITAR ABU SIMBEL
  • Evita los fines de semana para visitar Abu Simbel, al ser días festivos locales encontrarás más visitantes.
  • El mejor horario para visitar Abu Simbel es de 10 a 13h ya que las excursiones organizadas suelen ir a primera y última hora del día.
  • Si no vais con la excursión incluida en el crucero, llevad algo para comer. Hay 3 horas de camino y pocas paradas donde comprar algo. En caso de estar incluida en el crucero, ellos te darán un picnic.
  • ¡No olvides tu pasaporte!
  • Llevad una almohada o cojín del crucero/hotel para poder conciliar el sueño en el bus. Todos sabemos que los autobuses son de todo menos cómodos.
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Es extraño pensar que Abu Simbel era un templo totalmente desconocido para el mundo occidental hasta principios del siglo XIX. Ni su grandioso tamaño, ni su majestuosidad cruzaron fronteras.

El primer occidental en poder verlo con sus ojos fue un suizo en 1813, pero no fue hasta 1816 con la llegada del famoso Giovanni Belzoni cuando se iniciaron las labores de limpieza de arena para dejar el templo al descubierto. Si os interesa saber más os dejo un artículo en National Geographic súper interesante.

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Abu Simbel es una de las construcciones más espectaculares de todo el país y una de las que mejor ejemplifica la magnitud del Antiguo Egipto.

Su construcción, que se prolongó durante dos décadas, está ligada para la eternidad a la figura de Ramsés II. Este ordenó su construcción en el esplendor del Imperio Nuevo. Está dedicado a varias divinidades como Ra, Amón y Ptah; pero el verdadero motivo de su construcción fue mostrar su poder ante el pueblo nubio, al que consideraban enemigos.
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No sabría muy bien por dónde empezar a piropear este templo; se me corta la respiración solo de recordar ese día (aunque también se suma un poquito el frío que pasamos).

Durante su reinado, Ramsés II ordenó la construcción de unos 7 templos a lo largo del territorio nubio. Estos tenían la intención de publicitar el poder egipcio y persuadir a los enemigos para así evitar invasiones.

El más conocido es este, donde Ramsés II se tomó la licencia de mostrarse como un todopoderoso dios (él tendría muchas virtudes, pero eso de tener un perfil bajo no era lo suyo jaja).

El templo estaba totalmente excavado en la roca, adentrándose en el interior más de 70 metros, donde alberga varias salas.

Cuando cruzas la puerta no hay marcha atrás. Una puerta al pasado se abre ante nosotros.

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Atrás quedan los cuatro colosos sentados mirando impasibles el pasar del tiempo; pero la figura de Ramsés no nos abandonará por mucho tiempo. Dentro encontramos 8 colosos de 10 metros de altura como columnas. Aunque representan a Osiris, los rasgos de cada una de estas columnas son los del faraón. Los de la izquierda con las coronas del Alto Egipto y los de la derecha del Bajo Egipto.

Y esto no es casualidad, Ramsés II lejos de acobardarse con la posible censura del control clerical comete un acto que en otro faraón hubiese supuesto herejía. Se representa a sí mismo una y otra vez como un dios.

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¿SABÍAS QUE…

… debido a su orientación cada 21 de octubre y 21 de febrero (61 días antes y 61 días después del solsticio de invierno) los rayos del Sol iluminaban tres de las cuatro estatuas sedentes del santuario.

Todas excepto la del dios Ptah, relacionado con el inframundo, que permanecía en la oscuridad.

Podéis ver el efecto en este vídeo.

Con su traslado este efecto ha sufrido una leve variación. Ahora ocurre los días 22 de febrero y 22 de octubre tras el amanecer; y se prologa alrededor de unos 20 minutos.

Si también os interesa cómo y por qué se realizó el traslado de Abu Simbel, os dejo este otro vídeo donde explican todo al detalle.

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TEMPLO DE HATHOR O NEFERTARI

Pero amigos, no todo en Abu Simbel refleja el narcisismo de Ramsés II.

También existe un lugar dedicado al amor, materializado en el templo de Nefertari, la esposa favorita del faraón. Se encuentra a tan solo 150 metros del templo de Ramsés II y ya en su fachada sorprende. De las 6 esculturas colosales 4 pertenecen al «modesto» faraón, pero dos de ellas representan a su esposa como la diosa Hathor.

Vale, si hay más esculturas de Ramsés que de Nefertari ¿cuál es la sorpresa? Que esta aparece esculpida al mismo tamaño que su esposo. Es la primera vez en la historia de Egipto que veremos una muestra de amor y respeto de este calibre.
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El templo se adentra unos 20 metros, con una estructura muy similar a la del templo de su esposo; una sala con pilares que lleva a un santuario al fondo del templo. Las salas están decoradas con motivos religiosos y con escenas de guerra contra el pueblo nubio. Si os interesa saber algo más de este templo, su decoración y distribución os dejo este enlace para que os deleitéis.

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El tiempo para visitar los templos (para nuestra desgracia) ha llegado a su fin.

Nos dirigimos a toda velocidad a nuestro autobús que pondrá rumbo a la segunda parada del día: el templo de Philae.

Para ello debemos tomar un barco a motor que nos lleve a la isla de Agilkia.

TEMPLO DE PHILAE

Tras unos 10-15 minutos de navegación llegamos al templo de Philae, el último gran templo del Antiguo Egipto.

Recibe el nombre de la isla en la que se encontraba originalmente, aunque luego fue trasladado a la isla de Agilkia. Aunque se conoce como un único templo, en realidad son varias construcciones.

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CÓMO LLEGAR AL TEMPLO DE PHILAE POR LIBRE

Llegar al templo de Philae desde Asuán por libre es muy sencillo.

Para empezar, deberéis tomar un taxi o un bus/furgoneta local en dirección a Philae. Si elegís esta segunda opción (mucho más económica) tendréis que dirigiros al centro de Asuán e ir parando a las furgonetas preguntando el destino y subir en la que os deje en vuestro destino.

Una vez que lleguéis a Philae, tendréis que dirigiros al embarcadero que os llevará a la isla donde se encuentra el templo. No tengo precios de este trayecto, pero suelen ser precios fijos y económicos.

Para volver a vuestro hotel / crucero deberéis tomar las mismas instrucciones pero esta vez en sentido inverso 🙂

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Debido a que no tiene la antigüedad del resto de templos, se ha conservado en mejor estado y mantiene gran parte de su belleza original.

El templo de Philae, además de ser famoso por el culto a Isis, es importante por su presencia de escritura jeroglífica; es el lugar donde queda documentada la última inscripción de escritura jeroglífica, en torno al año 394 d.C. Ésta se encuentra en la puerta de Adriano.

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En el conjunto, la estructura más antigua que encontramos es el quiosco de tiempos de Nectanebo (dinastía XXX). El edificio más importante es el de la época ptolemaica, aunque hay restos de la huella romana en Egipto, como el quiosco de Trajano.
La llegada de los cristianos provocaron destrozos en el templo desfigurando imágenes de algunas diosas o borrando algunas de las decoraciones iconoclastas.

KOM OMBO

El templo de Kom Ombo es uno de los templos más bellos del sur del país y el favorito de muchos viajeros.

Es uno de los templos que se encuentran en muy buen estado de conservación; tal y como ocurre con la mayoría de templos de la época ptolemaica. Sus orígenes se remontan al siglo II a.C y su construcción terminó durante la ocupación romana.

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Era el principal lugar de culto del dios Sobek, el dios cocodrilo que simbolizaba la fertilidad. Pero compartía culto en este templo con Haroeris, Horus el viejo, representado como un halcón.

Es por eso que su estructura es de planta simétrica, con dos mitades divididas por un eje principal. De esta forma, cada lado estaría dedicado a cada dios.

Frente al templo de Kom Ombo encontramos el museo del cocodrilo que, como su nombre indica, tiene como protagonista a este reptil.
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Los cocodrilos fueron tanto objeto de temor (ya que representaban una amenaza a aquellos que vivían a orillas del Nilo, como de devoción por los egipcios.

Debido a que el templo de Kom Ombo está dedicado al dios Sobek, representado como un cocodrilo; en este templo se criaban cocodrilos.

Los sacerdotes los alimentaban y cuidaban, y para evitar el riesgo de que los más grandes pudieran atacar, se les extraían los colmillos. A su muerte, estos cocodrilos sagrados eran momificados y enterrados.

Las momias se vendían a los devotos que las usaban como ofrenda, pues se consideraba que un cocodrilo era la imagen viviente del dios.

En el museo podremos ver algunas de estas momias.

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El día ha llegado a su fin. Aunque en nuestro viaje esta noche era la noche de fin de año; tomamos las uvas a las 22:30 y nos fuimos a dormir ya que mañana nos espera otra jornada de madrugón intenso.

Mañana visitaremos el templo de Edfú y pasaremos el día navegando hasta Lúxor.

Nos vemos en la próxima entrada.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

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